Lejos quedó el anhelo de las Naciones Unidas (tanto de la organización como del concepto) en el marco del combate global contra el coronavirus. La pandemia por el SARS-CoV-2, que ha dejado casi 3 millones de decesos en un año, no pudo unir a los países: los bloques pelean por el acceso a las sustancias, los laboratorios por el uso de sus productos… y la ONU por un concierto de cooperación internacional que no termina de afinar.
Apenas ayer el director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, dijo compartir la preocupación de los países en desarrollo: “¿cuando los países ricos hablan sobre solidaridad, lo hacen en serio?”.
No dudó en reconocer a la firma AstraZeneca, la única que se comprometió a no beneficiarse de su vacuna contra el Covid-19 y, hasta ahora, el único desarrollador que compartió licencias de su tecnología con otras compañías.
La internacionalista Aribel Contreras, también coordinadora de la licenciatura en Negocios Globales en la Universidad Iberoamericana, enfoca su análisis hacia lo que llama “vacunacionalismo” y cómo altera la cooperación global, por “congelar” la economía.
“Si no se detiene dicho fenómeno, el mundo no solo tardará más en estar vacunado y en retomar su actividad económica, sino que la etapa de congelamiento se recrudecerá, haciendo imposible hablar de un multilateralismo en el corto plazo”, expresó en entrevista.
Londres y la Unión Europea (UE) están hoy enrolados en una disputa relacionada con la sustancia de AstraZeneca.
El bloque de 27 países amenaza con prohibir las exportaciones al Reino Unido, a menos que la empresa entregue más de los 90 millones de dosis que acordó suministrar en el primer trimestre de 2021. El primer ministro irlandés, Micheal Martin, calificó la medida de “muy retrógrada”, mientras que el líder británico Boris Johnson pedía cooperación.
La editorial del diario británico The Times presumía ayer: “Como reconocerán incluso los partidarios más devotos de la Unión Europea, el programa de vacunas del bloque hasta ahora ha sido inútil. Ha logrado inyectar solo al 10 por ciento de su población adulta, mientras que Gran Bretaña ha vacunado al 52 por ciento”.
FRASE
“Países ricos están vacunando a personas jóvenes y sanas, con bajo riesgo, a costa de la vida de trabajadores de la salud, personas mayores y otros grupos de riesgo en otros países”
Tedros Adhanom Ghebreyesus
Director de la Organización Mundial de la Salud
LEG