Una galería totalmente dedicada a obras digitales, que se comercializan como NFTs o piezas no fungibles, abrió esta semana en Nueva York, presentándose como el primer espacio físico de exposición en el mundo dedicado a estos activos virtuales que atraen a cada vez más coleccionistas.
Al día siguiente de la apertura, el jueves, arrancó también en Shanghái una exposición dedicada a los NFTs (non-fungible tokens).
Inmateriales por naturaleza, cada obra se presenta en una pantalla gigante o por proyección, en un espacio situado a dos pasos de Union Square, en Manhattan.
Cada día se expondrán las obras de cinco artistas, con una rotación diaria durante 60 jornadas para un total de 300 creadores diferentes, hasta el 25 de mayo.
El NFT permite asociar a cualquier objeto virtual -una imagen, una foto, una animación, un video o una pieza musical- un certificado de autenticidad que lo convierte en una pieza única.
Este certificado es teóricamente inviolable y no se puede duplicar. Se creó utilizando la tecnología blockchain, que sirve de base a criptomonedas como el bitcóin.
La popularidad de los NFTs en estos últimos seis meses ha transformado el mercado de colección digital, al punto de atraer miles de millones de dólares de inversión.
Cada obra presentada en la galería será después subastada, explicó Ed Zipco, cofundador y director de las galerías Superchief, que exponen obras digitales desde 2016.
Y, ¿por qué presentar físicamente obras virtuales? “El objetivo de una galería es mostrar cómo se ve en persona la obra, cómo el artista quería que se viera”, describió el galerista, con una pantalla de resolución 4K, de gran tamaño. “La gente que colecciona [estas obras] quiere vivir con ellas”.
Alrededor del 70% de los artistas que serán presentados en el espacio no son, en origen, creadores digitales, según Ed Zipco. Por el contrario, la mayoría son escultores, pintores o fotógrafos.
“Cada vez más artistas conocidos de los museos se están involucrando”, dijo el galerista.
“Es tan nuevo que es todavía difícil de entender para la gente”, reconoció. “Es tecnología, así que siempre hay un poco de aprendizaje, de pedagogía a hacer (…) Pero pronto se convertirá en algo totalmente normal”.
El arte digital existe desde hace varias décadas, pero la llegada del NFT ha tranquilizado a los coleccionistas sobre el riesgo de copia. Es posible duplicar una obra digital, pero el certificado NFT con el que se vende es infalsificable.
fahl