Es Viernes Santo y mientras preparo unas mojarras fritas me acerco a la sartén para oler su, espero, delicioso aroma… Nada. No huelo nada.
Con algo de nerviosismo procedo a oler el pescado crudo que tengo en el fregadero y, pese a que debería ser un tufo fuerte, apenas y me llega un ligero aroma.
“No puede ser”, es mi primer pensamiento… El segundo me lleva a morder un ajo crudo y, aunque me arde la lengua, siento que no sabe a nada.
Como la pérdida de olfato y gusto son síntomas de Covid-19, procedo a enviar un mensaje al 51515, donde el Gobierno de la ciudad me da la dirección de un centro de salud donde realizarme la prueba.
Al día siguiente, temprano, me presento en el lugar, donde me entero que no, no hay pruebas hasta el lunes, un detalle que no mencionaba el mensaje de las autoridades.
Tras el fracaso, acudo a una farmacia, donde adquiero una prueba rápida por poco más de 300 pesos.
Como si fuera un test de embarazo, aparece una sola raya en el dispositivo: “Negativo”.
Sin embargo, estas pruebas son poco seguras, así que el lunes temprano acudo al Quiosco de pruebas instalado en el Metro Pantitlán.
La gente es poca, pues los casos activos en la ciudad han disminuido en los últimos tiempos.
Dígame su nombre, edad, síntomas, enfermedades crónicas y donde vive, me dice uno de los encargados del lugar, tras lo cual proceden a penetrar uno de los agujeros de mi nariz con un hisopo a profundidades que no pensé que fueran posibles.
Tras la prueba, tomo asiento frente a una carpa donde me entregarán los resultados. De un lado, un enfermero da las buenas noticias a los negativos… del otro, un médico prepara los kits médicos para quienes resultan positivos y deben aislarse.
Escucho mi nombre y veo, con horror, que es el médico quien me llama: “Negativo, pero tienes algunos síntomas, ¿gustas hacerte una prueba PCR? Es más confiable, pero te dan los resultados en cinco días”, me dice.
“Pues ya estoy aquí”, le contesto, un poco más aliviado.
Vuelven a penetrar mi nariz, ahora por el otro agujero y, además, le suman la garganta, donde de por sí ya siento molestías.
Salgo del lugar con la instrucción de marcar a un número en cinco días para conocer el resultado de esta última prueba, que espero también sea negativa.
En la Ciudad de México se pueden realizar pruebas gratuitas de Covid-19 en 40 Macro Quioscos, 117 Centros de Salud, 33 farmacias y 11 plazas comerciales.
La ubicación de dichos puntos se puede consultar a través de mensaje de texto SMS con la palabra “prueba” o “covid19” al número 51515 y en la página https://test.covid19.cdmx.gob.mx.
En caso de resultar positivo a Covid-19 el Gobierno capitalino entrega un kit de medicamentos y realiza un seguimiento médico telefónico o domiciliario a la persona, que debe permanecer aislada debido al alto riesgo de propagación de la enfermedad.
LEG