Un hombre apodado El Venezolano, que porta vestuario de ciclista, opera desde 2005 robando bicis cuyo precio oscila entre 80 mil y 150 mil pesos, y generalmente sus víctimas las ubica en las colonias Roma, Condesa y Polanco.
Saúl Gómez, fundador de la organización Ni un Repartidor Menos, dijo a 24 HORAS que el sujeto platica con el propietario y cuando se gana su “confianza”, le pide el vehículo y se lo lleva.
“El modus operandi es muy sencillo: llega, chulea la bici y dice que dejó la suya a unas cuadras y en una plática interesante te empieza a envolver. Para rematar, pide la bicicleta prestada argumentado que su vehículo lo dejó a unas calles y ya no regresa”.
Gómez destacó que gobiernos van y vienen, pero no atrapan a El Venezolano, a pesar de que representa un caso grave de inseguridad.
“Él actúa solo. Sabemos cómo funciona la justicia: tú llegas y les explicas -a los oficiales- el motivo; ellos refieren que la denuncia no procede porque tú prestaste la bici. Independientemente de que sea acertada o no la forma en que atienden las denuncias, hay un vacío muy grande en este tipo de cosas”.
El activista abundó que los vehículos luego aparecen en venta en Facebook, Mercado Libre o en mercados de zonas como Nezahualcóyotl, Estado de México.
“Hace poco encontraron una bici afuera de un taller mecánico y era un deshuesadero. Más allá de El Venezolano, a nivel general las autoridades saben que Buenavista es un foco rojo de hurto y no hacen nada para evitarlo”.
Gómez subrayó que los hechos ocurren cerca del Forum Buenavista, y al menos a la semana se roban cinco unidades y en fines de semana hasta seis.
Recordó que recientemente una persona mayor le aplicó el mismo método a un niño: “El hombre le externó que su hija necesitaba ayuda, el menor dejó la bici y el anciano aprovechó para robársela”.
Por su parte, el ciclista Fernando García dijo que según redes sociales, al menos unas 20 unidades son hurtadas al día en la CDMX.
“Es complicado el tema, porque a diferencia de un auto, una bici la desarman en minutos y no necesitan mucho espacio para esconderla. El problema de fondo es contar con espacios seguros”.
FRASE:
“El Venezolano aplica ingeniería social y se las roba frente a ellos con el argumento de ser cuates; entre ciclistas tendemos a confiar”
Fernando García
Ciclista
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LEG