No nos equivoquemos, lo sucedido esta semana no fue ningún triunfo, sino un asalto a los trabajadores a plena luz del día. El famoso acuerdo entre autoridades gubernamentales, empresarios y algunos sindicatos para delimitar la subcontratación significa poner en riesgo a más de 4.6 millones de empleos.

Tras el acuerdo, las empresas deberán incorporar a todos los colaboradores en sus nóminas. En primera instancia, este pudiera ser un anuncio exitoso; sin embargo, no pensaron en que esta situación incrementará de manera importante los costos de operación de los negocios, en su mayoría pequeñas y medianas empresas, las mismas PyMes que aún siguen tratando de sobrevivir en la pandemia por Covid-19.

Los comercios literalmente están tronados, lejos de lograr alguna mejoría económica durante el primer trimestre de este 2021, recibieron un golpe que sin duda llegará a impactar a los trabajadores, ya que la mayoría de los empleadores no podrá cumplir con este acuerdo.

Las PyMes son las principales empleadoras de México, generan 78% de los puestos de trabajo que hay. En el interior de la República aún hay sectores que continúan con aperturas escalonadas, no han logrado recuperar los niveles de ventas pre pandemia y otras tantas viven entre un día más y el cierre definitivo.

El panorama es delicado y se advirtió. De acuerdo con diversos estudios, solo un millón 380 mil trabajadores que hoy están en el esquema de subcontratación podrían ser incorporados de manera directa a la nómina de las empresas, ¿pero qué pasará con el resto? Pues habrá de dos sopas: la mala y la peor.

En el mejor de los casos, los trabajadores podrían conservar su empleo al ser contratados por honorarios o salarios asimilados, pero perdiendo toda posibilidad de gozar de prestaciones sociales, es decir, si antes contaban con algún tipo de prestación, ahora no habrá nada, estamos hablando de 2 millones 760 mil trabajadores; sin embargo, calculan que más de medio millón de personas irán a dar directamente a la calle, ante la prohibición de la subcontratación.

Pero este no es el único impacto negativo, de la noche a la mañana, los trabajadores seremos despojados de la mayor parte del reparto de utilidades. Hasta este 2021, la empresa repartía 10% de las ganancias registradas en un año ante la Secretaría de Hacienda, hoy, por el acuerdo esa prestación se topó a tres meses de salario.

Explico, el salario industrial en México es de nueve mil pesos al mes, un trabajador podía recibir más de 200 mil pesos gracias a esta prestación, hoy solo tendrá derecho a 27 mil pesos, una caída sin duda importante y que precarizará la economía de los obreros.

Eso fue lo que aprobaron y aplaudieron algunos empresarios, sindicatos y el Gobierno.

¿Cómo entonces pueden hablar de un triunfo? ¿Cómo pueden asegurar a los obreros que esto es en favor de la clase trabajadora? ¿Cómo piensan que se puedan beneficiar las familias mexicanas? Simplemente no pueden y lo señalaremos el primero de mayo.

En medio de una crisis económica, social, política y de salud, ¿por qué jugar con la viabilidad de las empresas? ¿Por qué poner en riesgo el ingreso de millones de familias? ¿Por qué la urgencia de palomear un acuerdo forzado? Quizá es la prisa y desesperación que tiene el presidente Andrés Manuel López Obrador por anunciar algo el Día del Trabajo.

 

                                                                                                                                                   @CarlosPavonC