Jessica desapareció cuando tenía sólo 16 años; salió a una fiesta con un hombre mayor que conoció en redes sociales, quien la invitó a Valle de Bravo, recuerda su hermana Verónica… hasta la fecha su familia no ha podido localizarla tras 5 años de búsqueda.

Ella pertenece a las 5 mil 785 mujeres menores de edad reportadas como desaparecidas y que no han sido localizadas en el país, durante la última década, fenómeno que ha ido en ascenso y que expertos vinculan a la trata de personas.

Solo en la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, han desaparecido y no han sido localizados 3 mil 89 menores de edad, de los cuales 56% son mujeres; es decir, mil 739, de acuerdo con el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas, de la Secretaría de Gobernación.

Esto quiere decir que en promedio 62 niñas han desaparecido por mes sin que se sepa de su paradero, lo que equivale a cerca de 2 menores al día.

Las entidades que registraron más niñas desaparecidas que no han sido localizadas son la Ciudad de México (228), seguida de Nuevo León (169) y Estado de México (170).

La principal causa de desapariciones de personas se vincula al crimen organizado y el caso de las mujeres es para exclavitud sexual, explicó en entrevista Juan Martin Pérez García, director ejecutivo de la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim).

“Nuestro análisis es que (las mujeres) son víctimas de explotación sexual y está directamente vinculado a los grupos criminales, en el caso de hombres ahí vemos que hay reclutamiento para los propios grupos criminales”, detalló.

Infografía: Xavier Rodríguez

 

Jalisco ocupa primer lugar en personas desaparecidas

Desdén de las autoridades

Al denunciar la desaparición de Jessica en el Ministerio Público, narra Verónica, en lugar de apoyarla criticaron a su hermana, pues el agente del MP les comentó que la menor “andaba de parranda, que quién salía con desconocidos”.

“Al pasar 48 horas solo nos dieron el papel de la alerta Amber y fue todo, asistimos para ver qué había pasado, y hasta la fecha nada”, lamenta Verónica.

Al respecto, el director del Redim indicó la urgencia de que se desista de esperar 48 horas para emitir la alerta Amber, pues las 3 primeras horas son clave para encontrar a 95% de los niños, niñas y adolescentes desaparecidos.

Además de eliminar los prejuicios en las autoridades de que “se van de casa porque están enojadas o, porque la chica se fue con el novio”.

También relató que se ha encontrado que las fiscalías, (las encargadas de emitir la alerta Amber) no tienen áreas expertas para búsqueda, están pensando sólo en los criminales, pues para ellos lo que importa es la evidencia y no la persona.

Por ello las fiscalías deben de coordinarse con el Sistema Nacional de Búsqueda, en su versión Federal o Estatal para ejecutar una búsqueda rápida y eficaz, además de no esperar 48 horas para emitir la alerta Amber.

“Las comisiones de búsqueda están concentradas en la persona y, la fiscalía en la carpeta, esto sigue siendo una tensión permanente la fiscalía sigue negándose hacer la búsqueda”, expresó Pérez García.

En tanto expuso que tras la aprobación, el jueves pasado, del Protocolo Adicional para la Búsqueda de Niñas, Niños y Adolescentes, que intentará prevenir las desapariciones y que la búsqueda de menores de edad sea pronta, eficaz y eficiente, éste se debe de ejecutar correctamente, además de tener voluntad política, pues de lo contrario solo será papel mojado.

Menores desaparecidos, con riesgo de explotación sexual

Más vulnerables

Francisco Rivas, director general del Observatorio Nacional Ciudadano, expuso que el hecho de que las mujeres predominen en la lista de personas desaparecidas no localizadas demuestra la vulnerabilidad que tienen.

“El número de mujeres desaparecidas ha venido creciendo año con año, esto nos indica la vulnerabilidad que tienen las mujeres en nuestro país, lamentablemente un número importante”, dijo.

Ante esto coincidió en que la alerta Amber debe emitirse tempranamente y no hasta 48 horas después de su desaparición, además de sensibilizar a los funcionarios.

Apenas el 9 de abril pasado, Alejandro Encinas, subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración, reconoció la preocupación de la autoridad por el número de niñas y adolescentes desaparecidas.

“Estamos haciendo un trabajo específico no solamente en materia de búsqueda de vida, sino atacar el fenómeno de la trata de personas, porque el estrato de edades de las mujeres desaparecidas son fundamentalmente entre los diez y los 19 años”, señaló el funcionario federal.

Y la semana pasada, la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, admitió que la capacidad real de búsqueda de la alerta Amber para localizar a niños y adolescentes es insuficiente, además de que el Protocolo Alba, el cual permite la coordinación para la localización de mujeres, no está homologado en todas las entidades federativas.

FRASES:

“La Alerta Amber no funciona porque depende de la fiscalía, las fiscalías no emiten Alerta Amber sin una carpeta de investigación y sin una certeza que es una desaparición y cómo siguen teniendo el prejuicio de que se van de casa porque están enojadas o porque la chica se fue con el novio, eso es un prejuicio y no emiten la Alerta Amber a tiempo”, Juan Martin Pérez García, director del Redim

“Pasando las primeras 48 horas se vuelve mucho más difícil localizar a la persona, todavía tenemos casos donde una víctima directa: una madre de familia, esposo se acercan a denunciar la desaparición de una persona y lo que encuentran en nuestra autoridad es que le dicen: ‘seguramente la niña se fugó, se fue con el novio, anda de pachanga’”
Francisco Rivas
director general del Observatorio Nacional Ciudadano

LEG