Pasaron sólo unos minutos entre que el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) dijo que respetaría la veda electoral y entre que volviera a fijar posicionamientos sobre los actuales comicios.
Previo a ser vacunado con la dosis de AstraZeneca, el mandatario, en tono de enojo, utilizó casi una hora de su conferencia mañanera para hablar sobre los actuales comicios.
Aunque el INE ya emitió medidas precautorias para que el mandatario evite fijar posiciones sobre el actual proceso electoral, López Obrador dijo que su libertad es un derecho que está por encima de cualquier reglamento.
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López Obrador afirmó que seguirá hablando de democracia y el partido conservador, sin inclinar la balanza y deslizó su nueva postura: si las autoridades electorales prohíben la mañanera, lo considerará un “golpe de Estado técnico” y una tentación autoritaria.
Sin embargo, la medida precautoria del INE se basó en que la Constitución prohíbe a los gobernantes fijar posiciones sobre los procesos electorales, porque vulneran la equidad de la contienda.
El mandatario mostró su molestia con los cuestionamientos sobre las consecuencias que le podría traer seguir hablando de las elecciones.
Incluso, pidió a los reporteros que cubren la mañanera a que lo ayudarán a no hacer preguntas que pudieran traerle problemas.
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Sin embargo, minutos después cambió de opinión, dijo que era su libertad e hizo una alocución sobre que el partido conservador, como genéricamente llama a los partidos opositores, busca arrebatarle el control de la Cámara de Diputados a su movimiento, para tener el control del presupuesto.
Y aprovechó para aclarar que no busca la reelección, y en 2024, se jubilará y se retirará a Palenque a escribir un libro.
Para calmar los ánimos, la mañanera culminó con la vacunación del Presidente con la primera dosis de AstraZeneca, aplicada por una enfermera militar.
FF