Autoridades rusas informaron el lunes que Alexei Navalny, activista anticorrupción y opositor al presidente de Rusia, Vladimir Putin, fue ingresado al área de salud de una prisión al este de Moscú.
El traslado –Navalny se encontraba en otra prisión de la región-, se dio después de los reclamos de la Unión Europea (UE) y el gobierno del estadounidense Joe Biden. Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, instó a las autoridades rusas a dar atención médica inmediata al excandidato a alcalde de la capital rusa (2013).
“Estoy profundamente preocupada por la salud de Alexei Navalny (…) La UE sigue pidiendo su liberación inmediata e incondicional”, publicó en su cuenta de Twitter.
En agosto de 2020, Navalny, de 44 años, fue envenenado con un agente tóxico llamado Novichok, que ataca el sistema nervioso. Fue evacuado a Berlín para recibir atención médica sin interferencia rusa.
El 17 de enero de 2021 regresó a su país y fue detenido por violar su libertad condicional impuesta tras ser encontrado culpable en un caso de corrupción en 2014 -en un proceso muy cuestionado por la Corte Europea de Derechos Humanos.
Desde que está bajo custodia rusa, Navalny ha pedido en reiteradas ocasiones atención médica para atender las secuelas de su ataque. La falta de éste, sin embargo, provocó que el opositor iniciara una huelga de hambre hace tres semanas.
Horas antes del posicionamiento de Von der Leyen, el Alto Representante para Asuntos Exteriores de la UE, Josep Borrell, había condenado el trato al opositor y reiteró el deterioro democratico en Rusia: “El caso Navalny no es un incidente aislado, sino que confirma un patrón negativo de un espacio cada vez más reducido para la oposición, la sociedad civil y las voces independientes” en Rusia.
Por su parte, el gobierno de los Estados Unidos, en voz del asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, dijo que habrán “consecuencias” para Rusia y que serán hechos “responsables ante la comunidad internacional” si Navalny muere en sus manos.
Debido al mal trato que ha recibido el político, su equipo informó que ya preparan una movilización multitudinaria para hoy miércoles. Por otro lado, el comité de médicos rusos que anunció su traslado, recalcó que “actualmente la salud (de Navalny) es satisfactoria, y es revisado diariamente por un médico”.
No obstante, ni doctores independientes ni el equipo de Navalny saben con exactitud qué tratamiento está recibiendo, o si el opositor dio su consentimiento a este. De hecho, su abogada Olga Mijailova expresó a periodistas ayer -luego de visitarlo en prisión-, que está muy débil, que casi no puede sentarse ni hablar, y que no recibe la ayuda médica apropiada.
FRASE
“El caso Navalny no es un incidente aislado, sino que confirma un patrón negativo de un espacio cada vez más reducido para la oposición, la sociedad civil y las voces independientes en Rusia”
Josep Borrell
Alto Representante para Asuntos Exteriores de la UE
LEG