Primero fue por la remodelación de su apartamento en Downing Street, ahora, el primer ministro británico, Boris Johnson, es investigado por unas lujosas vacaciones que pasó en el Caribe tras su victoria electoral a finales de 2019.
Así lo informó el organismo que vigila el cumplimento de las reglas parlamentarias (Parliamentary Commisioner for Standards, su nombre en inglés); en su página de internet el organismo reportó que investiga al primer ministro por una supuesta violación del artículo 14 del Código de Conducta.
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Lo anterior, ya que Johnson y su prometida, Carrie Symonds, pasaron la Nochevieja en la isla privada de Mosquito, en el archipiélago caribeño de las Granadinas.
El mencionado artículo establece que los diputados de la Cámara de los Comunes (Baja) deben “cumplir los requisitos de la Cámara al respecto del registro de intereses” y se exige que sean “abiertos y francos al llamar la atención sobre cualquier interés relevante”.
Por esto, la comisión busca conocer cómo y quién pagó el viaje del primer ministro, cuyo costó ascendió a 15 mil libras (17 mil euros), según reportan medios británicos.
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En su declaración de intereses, Johnson dijo que el viaje, con un costo de 15 mil libras (17 mil 400 euros), fue un regalo del empresario David Ross -donante del Partido Conservador-.
Pese a esto, Ross generó confusión al negar, en un inicio, que adelantara tal cantidad; luego se retractó mediatne su portavoz y dijo que era un “beneficio en especies”; en su momento, Downing Street subrayó que todo había sido declarado correctamente.
Esta investigación se suma a la serie de escándalos en torno a Johson y su gobierno, y su relación con intereses privados.
En plena reapertura
El alcalde de Londres, Sadiq Khan, lanzó una campaña para atraer de nuevo a los turistas a la capital británica, justo antes de que el Gobierno levante buena parte de las restricciones contra el coronavirus en toda Inglaterra.
Con un costo de 8.4 millones de dólares, la campaña incentivará el turismo doméstico a disfrutar de la hostelería, la cultura, la vida nocturna y los comercios de la capital.
Sobre el conflicto separatista escocés, Johnson cerró la puerta a la posibilidad de celebrar un nuevo referéndum de independencia en Escocia, aun con mayoría nacionalista.
LV