En el país, el 83% de las mujeres reclusas son madres y 70% de ellas viven en penitenciarías mixtas, lo que provoca que sufran violaciones a sus derechos humanos, alertaron expertos.
José Luis Gutiérrez, director del organismo Asilegal, explicó que la CDMX es una de las pocas entidades que tienen centros penales femeniles, como el de Santa Martha Acatitla, cuya población al primer bimestre del año era de mil 440 internas.
Además, resaltó, en México hay sólo 11 cárceles para mujeres, por lo que se requieren más centros femeniles en la CDMX para que esta población esté más cerca de sus casas y no se interrumpa su reinserción social.
Gutiérrez dijo que la ley establece que las internas pueden tener a sus hijos hasta los tres años de edad en una estancia independiente, donde sólo habitan las madres con sus niños. También hay un espacio para que los menores acudan al Cendi, que es un centro de estimulación temprana.
“Hay una situación de condición diferenciada para las madres; tristemente muchas de ellas prefieren embarazarse para estar en un espacio más seguro. El problema es que al cumplir los tres años, tienen que sacar a los niños y ahí viene la depresión, sobre todo para quienes tienen sentencias muy altas”, abundó.
Por separado, la directora de Reinserta, Saskia Niño de Rivera, destacó que ya se reconoce el derecho de las presas a la maternidad: “México tiene una gran deuda para crear las condiciones dentro del reclusorio a fin de fomentar un vínculo positivo con los hijos de las internas”.
LEG