El miércoles 28 de abril de 2021 comenzó en Colombia una protesta social contra el gobierno neoconservador del presidente Iván Duque. Hasta nuestros días la intensidad de la resistencia popular ha ido en constante aumento.
La fuerza represiva de la administración del régimen del mandatario colombiano no ha podido contener a la rebelión, por el contrario, parecería darle cada vez más insumos al estallido. En diversos países del mundo ciudadanos colombianos y organizaciones solidarias han manifestado su total apoyo a las distintas expresiones de esa protesta social que ha emergido en el país sudamericano. Incluso el papa Francisco ha manifestado: “Quiero expresar mi preocupación por las tensiones y los enfrentamientos violentos en Colombia, que han provocado muertos y heridos”.
Colombia vive uno de los momentos más álgidos de la protesta social, el detonante del estallido fue la reforma tributaria que impuso el presidente Duque. Se puede pensar que esa reforma afecta a amplios sectores de las clases medias y de sectores populares al subir a 19% el IVA para productos básicos como gasolina, luz y gas. Además de extender la carga impositiva al salario, en tanto que, por otro lado, se exoneraba de impuestos a grandes empresas.
A la par, se ha gastado más en armamento para las fuerzas armadas y policías, en un país estratégico para Estados Unidos. Recordemos que Colombia, con más de 48 millones de habitantes, se encuentra inmersa en el conflicto militar más largo de la historia latinoamericana. La represión del Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD) en la coyuntura actual es el principal responsable directo de la represión contra los jóvenes, estudiantes, trabajadores, indígenas y otros sectores sociales que toman las calles.
La Defensoría del Pueblo ha señalado que el número de manifestantes desaparecidos llega a 548 desde el mismo 28 de abril. En tanto que la ONG Temblores y el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (INDEPAZ) han afirmado que el número de asesinados suma 47 personas durante los primeros 10 días de las protestas. La alternativa del Comité Nacional del Paro ha sido la vía del diálogo. La oligarquía colombiana tendrá que aceptar la reducción de sus enormes ganancias y hacer una distribución más incluyente para amplios sectores de las capas medias y populares. Es la única alternativa al actual estallido político y social colombiano.
LEG