Durante el evento del presidente Andrés Manuel López Obrador, a más de siete siglos de la fundación de México-Tenochtitlán, en el Templo Mayor, las calles para acceder al Zócalo capitalino estuvieron cerradas.
Cerca de 50 elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana por calle, protegidos con casco acompañados de patrullas y autobuses, estaban ubicados en Pino Suárez, Madero, 5 de Mayo, Venustiano Carranza, entre otros accesos.
Las policías aseguraron que el cerco era porque había una marcha feminista, sin embargo en la zona no se observaba a mujeres manifestándose.
“No hay paso porque se prevé una marcha feminista, de hecho ya se están reuniendo dentro en la plancha y para evitar enfrentamientos, no hay acceso”, decía una policía a los ciudadanos que buscaban acceder a la calle de Madero.
Al mismo tiempo, sobre la calle 20 de noviembre la comunidad indígena de Arantepacua, Michoacán, pedía que la recomendación 42VG/2020, emitida por la Comisión Nacional de Derechos Humanos fuera ejecutada. Ésta consiste en que el gobierno michoacano pida una disculpa pública a causa del asesinato de cuatro locatarios, entre ellos un menor de edad, en 2017.
Marco Antonio, integrante del consejo comunal indígena, explicó a este diario que pedían hablar con el Presidente, pero éste les cerró el paso y no les dan respuesta.
Conforme avanzaban los minutos, los ánimos se calentaban con la gente, en especial en la calle de Madero y 5 de mayo, pues algunos buscaban comprar artículos y otros llegar a trabajar pero no podían acceder al primer cuadro de la Ciudad de México.
El evento presidido por el presidente López Obrador fue para conmemorar los siete siglos de México-Tenochtitlán.
En el espacio destacó el respaldo que nuevamente le dio López Obrador a la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, luego del colapso de un tramo elevado de la Línea 12 del Metro, que dejó 26 personas fallecidas y decenas de heridos.
En cambio con el canciller Marcelo Ebrard –quien llegó solo y permaneció callado– no intercambió palabra alguna.
LEG