Para el escritor y periodista Juan Villoro, la memoria puede salvar a las sociedades del acercamiento cada vez más inminente con la intolerancia que puede devenir posiblemente en la represión totalitaria y dictatorial.
“Vemos el regreso de fanatismos, nacionalismos, polarizaciones de todo tipo, que parecía que no regresarían jamás y las redes sociales han ayudado con la capacidad binaria de dar un like o un repudio a ciertas tomas de postura. Las redes sociales han fomentado mucho esta situación bipolar de la adhesión instantánea o el rechazo instantáneo” explicó.
Durante su Conferencia Magistral “El reloj enterrado: Los usos sociales de la memoria” como parte del Festival Alfonsino 2021, organizado por la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) el reconocido ensayista, novelista y cuentista, hizo una reflexión acerca de cómo rememorar puede ser un acto de rebelión.
El escritor mexicano recordó por ejemplo que los terribles sucesos de 1968 fueron borrados de los grandes medios de circulación nacional, pero trabajos como el de Elena Poniatowska, permitieron que el triste capítulo en la vida de nuestro país no quedara en el olvido.
“Algunas reivindicaciones populares han surgido del deseo de recordar, en México, 2 de octubre no se olvida.
Cuando el presidente Peña Nieto con el caso Ayotzinapa dijo hay que pasar página era justamente una invitación a olvidar un agravio que no se ha resuelto todavía, por lo tanto la memoria dolida, rebelde, tiene un papel de resistencia política muy importante entre los pueblos.”
Villoro, recordó también la icónica frase del filósofo George Santayana de que “Los pueblos que no conocen su historia están condenados a repetirla” y bajo esta tesis advirtió que atravesamos una inmediatez de la inexperiencia, pues dijo, nos dejamos llevar por promesas que parecen nuevas pero son reciclajes de antiguas que ya fracasaron.
“Esto beneficia a la polarización y a aquellos líderes que capitalizando esta polarización dan respuestas que tienen qué ver con una conducta populista y que no tiene qué ver con la realidad.”
Por ello, hizo énfasis en que la única manera de cerrar la brecha entre la memoria y la desmemoria es la educación.
El autor enfatizó la importancia de la memoria, pues esta nos ha llevado a desarrollos tecnológicos como la inteligencia artificial, sin embargo, hizo una advertencia, pues justo este delegar actividades a las máquinas, nos ha llevado a una dependencia que podría terminar conduciendo nuestras vidas.
LEG