Después de cuatro años consecutivos de observarse niveles críticos de violencia en el país, la octava edición del Índice de Paz México (IPM) arrojó por primera vez un descenso de 1.3% en la tasa de homicidio. Sin embargo, no se puede descartar que las agresiones sexuales, familiares, y sobre todo, los asesinatos de políticos, candidatos, servidores públicos, periodistas y cuerpos policiales, continúan al alza.
“La paz se ha venido deteriorando en la última década y eso ha provocado que vayamos cayendo varias posiciones en el ranking del IPM”, resaltó Carlos Juárez durante conferencia de prensa, el director del Instituto para la Economía y la Paz en México (IEP) agregó que este año, el país se mantuvo en el lugar 134 de 163 como en 2019.
Resaltó también que el año pasado 524 policías fueron asesinados en México, representando un incremento de 17.5% con respecto a 2019. Asimismo, 139 políticos, candidatos o servidores públicos, así como a ocho periodistas, les fue arrebatada la vida en 2020. “El impacto de la violencia en la economía llegó a ser equivalente a 4.7 billones de pesos, lo que corresponde a 22.5% del Producto Interno Bruto”, añadiendo que el narcomenudeo aumentó 8%.
No obstante, el coordinador del IEP también dio buenas noticias, ya que los robos decrecieron 22%, la delincuencia organizada en sus modalidades de secuestro y trata 31%, y la extorsión 7%: “cuatro de los cinco indicadores mejoraron significativamente y esto refleja un cambio de tendencia con relación a la caída de la paz o al incremento de la agresión que habíamos observado entre 2015 y 2018”.
El único índice que se deterioró fue el de cárcel sin sentencia, y del cual, el director explicó que posiblemente se debe al cierre temporal de los juzgados, la actividad del poder judicial y la ampliación del catálogo de los crímenes que ameritan el uso de la prisión preventiva.
“Yucatán se ha mantenido en los últimos cuatro años como el estado más pacífico del país, le sigue Tlaxcala, Chiapas, Campeche y Nayarit”, señaló Carlos Juárez, mientras que en el otro extremo de la clasificación, Baja California ocupa por tercera vez consecutiva la última posición de los más violentos, antecediéndole Colima, Zacatecas, Chihuahua y Guanajuato, en los que prevalencen dinámicas de delincuencia organizada como el control de las rutas de tráfico ilegal de drogas y la disputa por territorios.
En cambio, el directivo informó que después de seis años, son más estados de la república los que han mejorado sus niveles de paz que empeorado. Ejemplo de ello son Quintana Roo, Ciudad de México, Guerrero, Tabasco y Campeche.
“Estos estudios los hacemos con la intención de que quienes diseñan la política pública, tomen decisiones más informadas y elaboren mejores estrategias para promover la paz”, puntualizó Carlos Juárez, pues aunque en 2020 la armonía en el país mejoró un 3.2%, índices muy elevados de violencia permanecen entre los mexicanos.
PL