Foto: Pixabay Viridiana Gutiérrez, directora general Obvio Guerrero AC, señaló que la política pública del Estado para la atención de víctimas de violencia sexual es deficiente  

El año pasado en México se registraron más de 380 mil nacimientos, cuyas edades de las madres oscilaban entre los 10 y 19 años; es decir, al día nacieron más mil bebés de mujeres jóvenes, de acuerdo con datos del Consejo Nacional de Población (Conapo).

De esa cifra, se detectaron 9 mil 876 nacimientos en los que la madre tenía entre 10 y 14 años, según datos presentados por la secretaria general del Conapo, Gabriela Rodríguez Ramírez; estiman un aumento de 30% del embarazo no deseado en adolescentes debido a la emergencia sanitaria.

En la sesión online “Violencia relacionadas con el embarazo en adolescentes”, la coordinadora de la Iniciativa Spotlight México de ONU Mujeres, Nayeli Sánchez, dijo que el embarazo en mujeres de 10 a 14 años constituye una violación grave a sus derechos, ya que está asociado con el abuso y la violencia sexual.

Refirió que, en muchas ocasiones, las víctimas callan por el temor de la falta de credibilidad, así como por contextos y las consecuencias familiares y sociales, lo que inhibe la denuncia.

En tanto, Viridiana Gutiérrez, directora general Obvio Guerrero AC, señaló que la política pública del Estado para la atención de víctimas de violencia sexual es deficiente.

Denunció que la atención para estas víctimas no se realiza adecuadamente, pues a pesar de la existencia de la norma 046, que establece que el personal de salud debería de brindar la anticoncepción de emergencia o la interrupción voluntaria del embarazo, hay un gran número de niñas y adolescentes dando a luz a recién nacidos.

La activista añadió que, aunque dentro de las instituciones hay personas comprometidas con las causa, éste no es institucionalizado, pues en los cambios de administración se pierden los acuerdos logrados y la oportunidad de lograr políticas públicas.

Las mujeres que vivieron un embarazo antes de cumplir los 20 años están más expuestas a diferentes tipos de violencias –causadas, principalmente, por familiares– y tienen menos oportunidades de desarrollo humano, según la Encuesta Nacional de los Factores Determinantes del Embarazo Adolescente (ENFaDEA).

Entre los tipos de violencia destacan la económica, patrimonial y sexual por parte de algún familiar (tíos, primos, padrastros y hermanos), así como la psicológica.

Respecto a las características de la persona con la que se relacionó la adolescente, la encuesta resalta que en 46.6% de los casos de niñas de 12 a 14 años, su pareja tenía 20 años o más.

Acusan nulo apoyo

Rubí tiene una discapacidad cognitiva. A los 14 años tuvo un bebé prematuro de siete meses que falleció. Personal de salud en su comunidad –ubicada en Acapulco– convenció a la madre de Rubí para que continuaran con el embarazo, a pesar de la condición de la menor con discapacidad.

Este es uno de los siete casos que ha acompañado el Observatorio Ciudadano de Violencia hacia las Mujeres en Guerrero.

La activista recordó que cuando Rubí llegó al hospital, la menor ya tenía 24 semanas de gestación, por lo que la doctora les hizo saber que ya era muy complicada una interrupción y la familia optó por continuar con el embarazo.

Luego de siete meses y tras el fallecimiento del bebé, la familia –que sobrevive vendiendo desperdicios industriales– no tenía dinero ni para dejar el hospital.

Gutiérrez narró que para darles el egreso, le decían que tenía que pagar una funeraria, por lo que la organización la apoyó. “El Estado no se hizo cargo de algo que había hecho”, externó.

Otro caso de abuso por parte de las autoridades –comentó– fue el de una joven de 15 años que llevaba varios intentos de suicidio; ella tenía 17 semanas de gestación producto de una violación.

La familia puso denuncia en el Ministerio Público cuando la chica tenía 14 semanas de embarazo, pero no les informaron que tenía la oportunidad de interrumpir la gestación.

LEG