En 2017, Emmanuel Macron, un tecnócrata centrista que fungió como Ministro de Economía (2014-2016) del hoy expresidente socialista François Hollande, se convirtió en el jefe del Estado galo más joven desde Napoléon Bonaparte.
El 23 de abril, Macron, entonces de 39 años, sorprendió a Francia al obtener el mayor porcentaje de votos en la primera vuelta electoral presidencial, frente a candidatos con mayor bagaje político como François Fillion (centro-derecha; ex primer ministro con Nicolas Sarkozy entre 2007 y 2012), Jean-Luc Mélenchon (izquierda; eurodiputado entre 2009-2017), y Marine Le Pen (derecha; eurodiputada entre 2009-2017 e hija del controversial líder de la derecha dura, Jean-Marie Le Pen).
Esta última calificó a la segunda vuelta contra Macron, celebrada dos semanas después. Sin embargo, el 7 de mayo Francia se volcó en favor del exministro (66.1%), en claro rechazo a las posturas anti-Unión Europea y antiinmigración de Le Pen (33.9%), así como su apoyo a Donald Trump y a Vladimir Putin.
Hoy, a menos de un año de las elecciones presidenciales francesas programadas para el 10 y el 24 de abril de 2022 (primera y segunda vuelta, respectivamente), los franceses podrían volver a ver una “final” Macron-Le Pen. Según el agregador de encuestas de POLITICO (que promedia decenas de estudios de opinión franceses) con datos al 20 de mayo de 2021, Le Pen (27%) y Macron (25%) pasarían cómodamente a la segunda vuelta. El competidor más cercano, el presidente del Consejo Regional de los Altos de Francia, el conservador Xavier Bertrand, promedia un 15% de apoyo popular.
A inicios de abril, Le Pen anunció que renunciará a la presidencia de su partido (más no a su militancia), Encuentro Nacional, después de la conferencia anual del grupo, en julio próximo. Esto, según la propia Le Pen, como gesto para atraer votantes fuera de su base tradicional y “ser la candidata de todos los franceses”.
Por su parte, Macron no ha dicho si buscará la reelección. No obstante, la clase política y los medios asumen que es cuestión de tiempo para que lo haga. Mientras tanto, la reactivación de la economía francesa, la vacunación masiva, y los asuntos de la Unión Europea dominan la agenda del galo.
LEG