La crisis de Oriente Medio comenzó cuando los militares israelíes intentaron desalojar a diversas familias palestinas de sus casas en Jerusalén Este, a la vez que irrumpieron el domingo 9 de mayo de 2021 en la explanada de las Mezquitas. Precisamente ahí, donde se le conoce como el Monte del Templo (el lugar más venerado por los judíos, dado que ahí estuvo emplazado en una época muy antigua el templo de Salomón, y donde hoy -a un costado de la explanada-, se ubica el muro de las lamentaciones). Ahí, las fuerzas policiales israelíes siguen irrumpiendo y lanzaron gases lacrimógenos, incluso arrojando las mismas granadas al interior de la mezquita de Al Aqsa (uno de los lugares más sagrados para los creyentes musulmanes). Desde ese lugar santo fue donde dice la leyenda que Mahoma, en el año de 621, ascendió a los cielos.
En nuestros tiempos, la Ciudad Vieja de Jerusalén se encuentra ocupada por el gobierno israelí, sin embargo, la mezquita se encuentra bajo la administración a perpetuidad de una institución islámica (Waqf) de jordanos y palestinos.
Hay que traer a la memoria que la política expansionista de Trump cambió la sede de su embajada de Tel Aviv a Jerusalén, con lo que reforzó la política injerencista de EU en Medio Oriente y especialmente contra Palestina. Política a la que se sumaron sumisamente los gobiernos de Honduras y Guatemala.
El Estado de Israel se ha expandido a costa del territorio palestino, la Franja de Gaza funciona como una especie de prisión impuesta por el gobierno israelí y donde Hamás, agrupación integrista, gobierna desde el año de 2007.
Ahí en Gaza, la sobrevivencia del heroico pueblo palestino se encuentra en condiciones muy adversas para su desarrollo. El desempleo se estima en 49%; la pobreza alcanza a 42% de su población y el territorio que habita es un pequeño espacio donde viven dos millones de habitantes, hoy destruido por los bombardeos sionistas del Gobierno de Benjamín Netanyahu.
De hecho, a Gaza la han convertido en un tremendo hacinamiento. A todo ello se suma una serie de condiciones extremas al carecer de agua potable para 90% de su población. Incluso la ONU apunta que en la misma Franja hay una crisis de salud pública agravada en nuestro tiempo por la poca disponibilidad para el uso de energía eléctrica, y todavía más recrudecida por los niveles alcanzados por la pandemia generada por el coronavirus. Urge la paz a favor del pueblo palestino.
LEG