El papa Francisco decidió reformar el Código de Derecho Canónico e introdujo un artículo que contempla la pedofilia y específicamente los delitos de abusos contra menores cometidos por sacerdotes, una medida exigida por las víctimas y que endurece los castigos.
El delito contra menores queda tipificado en la nueva versión del Código en un canon específico, según anunció este martes el Vaticano.
Se trata de un paso más en la batalla del pontífice argentino contra los abusos sexuales de menores dentro de la Iglesia, un fenómeno que ha estado por décadas encubierto por la institución.
Según la reforma del Código de Derecho Canónico anunciada por el Vaticano, se amplían los periodos de prescripción y se indemniza a las víctimas.
El papa Francisco quiso revisar la disciplina penal con el fin de agilizar y endurecer las penas contra los sacerdotes que abusan sexualmente de menores y llegar a erradicar la pederastia que sacude desde hace décadas a la Iglesia católica.
En un documento firmado el 23 de mayo el pontífice, que prometió tolerancia cero ante la pederastia de los curas, reconoció los daños causados y espera que al tipificar el delito se logre “prevenir males mayores y sanar las heridas causadas por la debilidad humana”.
Se modifica por lo tanto el Código de Derecho Canónico promulgado por el papa Juan Pablo II el 25 de enero de 1983 con el deseo de “adaptar las penas y las sanciones a los cambios sociales y a las nuevas necesidades del pueblo de Dios”, escribió Francisco.
Pedofilia, un crimen contra la persona
Los delitos contra menores por parte de sacerdotes serán considerados en la sección titulada “Delitos contra la vida, la dignidad y la libertad humana” y se incluirá ahora “el delito contra el sexto mandamiento del Decálogo con un menor o una persona habitualmente afectada por el uso imperfecto de la razón o con una persona a quien la ley reconoce una protección similar”.
En principio la pedofilia pasa de ser una violación de las obligaciones de todo religioso a un crimen contra la persona, lo que implica un cambio total de mentalidad.
También será sancionado el sacerdote que induzca a un menor a “participar en exhibiciones pornográficas” o que conserve imágenes de pornografía infantil (sanción que puede llegar a incluir la expulsión de la Iglesia).
Según el arzobispo Filippo Iannone, presidente del Pontificio Consejo de Textos Legislativos, se han introducido nuevas penas, entre ellas la reparación, el resarcimiento del daño y la privación de toda o de una parte de la remuneración eclesiástica.
La medida cubre también a los laicos con tareas eclesiales, para los cuales la prescripción del delito pasa de 5 a 7 años, mientras que para los clérigos llega a 20 años.
La reforma cambia el 80% de los 89 artículos sobre las penas y reduce la llamada “discrecionalidad” que se dejaba a obispos y superiores religiosos, lo que generaba mucha negligencia y alimentaba el encubrimiento.
En nuevo código entrará en vigor el 8 de diciembre y aborda también otros delitos, entre ellos el de corrupción.
En 2019, tras la cumbre sin precedentes sobre los escándalos por pedofilia convocada por el papa en el Vaticano, a la que asistieron los presidentes y responsables de los episcopados de todo el mundo, las víctimas presentaron una larga lista de demandas, entre ellas una “definición clara” del delito de abuso sexual.
El asunto resultaba necesario para ayudar a los religiosos, obispos y líderes de la Iglesia a responder con mayor energía ante la pederastia de sus miembros.
“Hay una ley canónica vaga que habla de delitos contra el sexto mandamiento”, lamentó entonces Marie Collins, entre las víctimas irlandesas, quien formó parte de la comisión contra la pedofilia del Vaticano y que en 2017 renunció por protesta.
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CT