¿Se acuerda de Juan Carlos Tapia Vargas? Quien era jefe de Construcciones Tapia, la empresa que se asoció con Odebrecht para realizar obras en la refinería de Tula, Hidalgo; pues bueno, nos dicen que este personaje ahora quiere ocultar a toda costa su amistad y relación de negocios con Emilio Lozoya y el declarado vínculo con la compañía brasileña que ha sido imputada de pagar sobornos millonarios en América Latina.  

Y lo quiere ocultar de la manera más pueril que se haya imaginado: cambiar el nombre de su compañía por uno nuevo con todo y logotipo -como para que nadie se dé cuenta- por lo que ahora se denomina Grupo Constructor Industrial Oil & Gas. Se trata de una nueva Tapia (GCI). 

El objetivo es muy claro: anda en busca de contratos en la refinería de Dos Bocas para fabricar recipientes a presión para diversos contratistas y cobrar  el precio más alto posible; además, se le ha detectado su insistencia  para forzar a los contratistas del Tren Maya para que le contraten como proveedor y ejecutor de obra; asimismo, nos comentan que en la Sedena no saben qué hacer con sus solicitudes de contratos para proporcionar estructuras y obras secundarias en el Aeropuerto Internacional “Felipe Ángeles”, al igual que en el Corredor Multimodal del Istmo de Tehuantepec. Todo ello, con su nueva imagen como GCI. 

Vaya, la presentación corporativa de la nueva Tapia muestra las fotografías de las mismas instalaciones de la firma hidalguense; aunque en algunas bodegas donde antes decía Tapia colocó un discreto tachón con pintura blanca.  

Con acciones cosméticas, Juan Carlos Tapia pretende ocultar su vínculo con Emilio Lozoya Austin y de ahí con Odebrecht. Luis Alberto Meneses Weyll, alto ejecutivo de la empresa brasileña expuso en sus confesiones los negocios que mantuvo con Emilio Lozoya Austin (y que valieron su extradición a México) incluyendo transferencias hasta por 10.5 millones de dólares en sobornos y de cómo el propio Lozoya le recomendó reunirse con el dueño del ahora Grupo Constructor Industrial. 

Tapia, ahora GCI, fue favorito de los negocios en Pemex el sexenio pasado: obtuvo 13 contratos durante la administración de Emilio Lozoya que sumaron cerca de 3 mil 620 millones de pesos en alianza con empresas igualmente conocidas como OHL Industrial, Aqualia Infraestructuras; la francesa Technip y, por supuesto, Odebrecht. 

Y ahora, así, con un nuevo nombre, una nueva imagen, unos tachones de pintura, Tapia quiere sorprender a la administración de Pemex y al Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador para tomar contratos -en calidad de subcontratista disfrazado- en algunos de los proyectos de infraestructura más relevantes del actual Gobierno federal. 

¿Lo conseguirá? 

 

NO HAY GOLPES BAJOS

  

Aunque los malintencionados busquen a como dé lugar encontrar una confrontación entre la titular de la Segob, Olga Sánchez Cordero y el consejero jurídico, Julio Scherer Ibarra, lo cierto es que entre ellos priva un respeto absoluto y un trato cordial; diferencias existen como en cualquier relación entre personas, pero nada que haga suponer la existencia de golpes bajos entre estos dos importantes miembros de la 4T.  

 

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@JuanMDeAnda