La violación de derechos humanos en Guantánamo es flagrante y preocupante. Joe Biden declaró cuando era vicepresidente que esta cárcel debería estar cerrada. Pero, ahora que es el presidente de Estados Unidos parece no haber el “suficiente interés” para cumplir su promesa de cerrarla, declaró el académico Eduardo González.
Guantánamo es una prisión militar estadounidense en Cuba. Comenzó a funcionar tras los ataques terroristas del 11 de septiembre. Esta base fue uno de los bastiones de la lucha contra del terrorismo, pues se interrogaba y encarcelaba a potenciales sospechosos.
A pesar de sus discursos idealistas antes de asumir el poder, Biden no parece muy comprometido en cerrar la prisión. “Yo no creo que haya las condiciones políticas, el interés ni la voluntad para que este Gobierno decida hacer cambios en Guantánamo”, opinó el docente del Tecnológico de Monterrey.
Al interior del país no hay mucha oposición, por lo que el académico no vislumbra razones concretas por las que el demócrata cambiara su política. “La actitud de la población americana está marcada por el desinterés”.
Escudándose en discursos de seguridad nacional, las autoridades han encarcelado a muchas personas sin cargos en su contra ni juicios, condenándoles con pruebas de procedencia dudosa y usando tortura.
La comunidad internacional ha denunciado y se ha opuesto a la condición en la que viven los reclusos, pero la presión no ha sido suficiente para cambiar el rumbo de la política norteamericana, aseguró el especialista.
La localización de la prisión es estratégica, pues como los prisioneros no están en territorio nacional no se apegan a los derechos que les otorga la constitución americana. Lo que, de facto, le ha dado a las autoridades de la prisión carta blanca para las violaciones.
FRASE
“Los americanos están convencidos que son los grandes paladines de la libertad, derechos humanos y democracia, y que las violaciones en Guantánamo son excepciones”
Eduardo González
Académico, especialista en EU
LEG