Este grupo que hoy gobierna con tal acumulación de poder, que deja ver rasgos autoritarios, empezó su camino en la Ciudad de México, entonces Distrito Federal.
La historia de estos grupos que erróneamente se hacen llamar de izquierda se empezó a escribir en la capital del país hasta derivar en lo que hoy hacen llamar la Cuarta Transformación.
Pero las cosas cambian. Hoy la 4T sufrió en la capital del país el más duro revés electoral del que tengan historia, en sus diferentes nombres y facetas.
La última paliza similar a un grupo gobernante en la Ciudad de México sucedió en 1997, cuando una figura del tamaño y calidad moral de Cuauhtémoc Cárdenas ganó las primeras elecciones de Jefe de Gobierno.
Desde entonces y hasta ahora, la Ciudad de México era el bastión por naturaleza de esos grupos políticos que hoy encabeza Andrés Manuel López Obrador.
Así que esa misma historia que cuenta que todo empezó en la capital del país para estos grupos hoy en el poder, se puede contar a la inversa. Desde la visión de los vencidos que vieron cómo en la Ciudad de México empezó su debacle electoral.
El carisma presidencial ya no alcanzó para cubrir las grandes carencias de liderazgo en la capital del país. El desdén por los ciudadanos que no reciben dádivas presupuestales, el descuido de la infraestructura urbana, las consecuencias sanitarias y económicas no atendidas de la pandemia de Covid-19, la hasta hoy impune caída de un tramo de la línea 12 del Metro dejan ver que su debacle puede estar iniciando desde la CDMX.
La justificación de López Obrador es que en la Ciudad de México los afectó la guerra sucia propiciada por los medios de comunicación. Y habrá quien se lo crea, pero más allá de lo choteado del pretexto, basta con ver el mapa de la ciudad para encontrarnos con la misma división que tiene el país.
Si México se divide políticamente entre el norte y el sur, la Ciudad de México se parte entre oriente y poniente. De un lado están los que reciben las dádivas de los programas asistencialistas de la 4T y del otro lado los que tienen que cargar con la falta de efectividad de sus autoridades, sin recibir lo mínimo indispensable a cambio de los impuestos pagados.
Hay muchos mexicanos que sin recibir dádivas del presupuesto encuentran al Presidente carismático, cercano y creíble y votan en función de su persona. En la Ciudad de México por supuesto que no es el caso con las autoridades locales.
Además, el trabajo local de los alcaldes lo notan los ciudadanos. Un caso que conozco son las calles pavimentadas y en buen estado de Cuajimalpa, no solo en tiempos electorales, para pasar a las calles destrozadas y minadas de Álvaro Obregón.
Claro, que Adrián Ruvalcaba logró la reelección en Cuajimalpa, mientras que Layda Sansores abandonó la alcaldía de Álvaro Obregón para posiblemente perder la gubernatura de Campeche.
Por supuesto que hay más información en la Ciudad de México respecto a la que tienen accesible en Oaxaca o Chiapas, como lo dijo el Presidente. Y, sí, la información es poder y eso es lo que hace de la democracia el mejor sistema de Gobierno conocido hasta hoy.
@campossuarez