La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, comió tacos, le cambiaron el nombre y la ascendieron a Presidenta, todo en su primera visita a México.
A las 10:00 horas, ayer, fue recibida en las puertas de Palacio Nacional por Andrés Manuel López Obrador, quien le dijo: “Presidente Kabala, mucho gusto”, y además, el mandatario no portaba cubrebocas.
La vicepresidenta y el jefe del Ejecutivo mexicano atestiguaron la firma de un memorándum de entendimiento en materia migratoria; después, López Obrador le dio una explicación de los murales de Diego Rivera, se tomaron la foto e ingresaron a la reunión privada.
Desde las 6:00 horas, para dar paso de la caravana que trasladaba a Kamala Harris se cerraron todas las vías de acceso peatonales al Zócalo, así como las vehiculares más cercanas.
Cientos de elementos con ropa de civil, en general playera azul y pantalón café o negro, y que portaban pequeñas mochilas a sus costados, explicaron a las cientos de personas que tenían que llegar a sus trabajos que debían rodear todo el primer cuadro de la Ciudad de México.
Como en los mejores tiempos del extinto Estado Mayor Presidencial, regresaron las decenas de vallas y los cientos de personas de civil cuidando cada esquina por donde pasó la vicepresidenta.
Tras dos horas de reunión, Harris salió de Palacio Nacional en un convoy conformado por al menos 35 camionetas, la mayoría de color negro y blindadas, así como 30 motocicletas y siete camionetas de la Policía de la CDMX para bloquear y abanderar el tránsito durante el paso de la caravana.
La segunda al mando en el Gobierno de Estados Unidos se dirigió al hotel Sofitel en Paseo de la Reforma y ubicado a un costado de la embajada de Estados Unidos.
En ese lugar, se colocaron al menos tres filtros de seguridad: uno sobre la avenida por parte del agrupamiento Zorros; otro por personal mexicano que recordaba al Estado Mayor Presidencial y el último lo controlaba el Servicio Secreto de Estados Unidos, quienes con binomios caninos y otras herramientas revisaban a las pocas personas que tuvieron acceso a la zona.
En ese recinto la vicepresidenta se reunió con mujeres emprendedoras, líderes sindicales y personal de la embajada de su país, además encabezó una conferencia a la que sólo se permitió preguntar a reporteros que la acompañaban.
Harris se dirigió al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México pasadas las 18:00 horas; previamente sus colaboradores subieron al avión Air Force 2 decenas de bolsas de tacos.
El canciller Marcelo Ebrard despidió a la funcionaria a las puertas de su transporte aéreo, con lo que concluyó su primera visita a México.
LEG