Al regresar a Washington de su primer viaje al exterior como vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris fue criticada por los republicanos, que le reprocharon no haberse tomado en serio la “crisis” migratoria, y también por el ala izquierdista de su propio partido, el Demócrata.
El viaje fue una oportunidad perdida, opinó el senador republicano John Cornyn.
El lunes, en Guatemala; y el martes, en México, pronunció pequeñas frases que eclipsaron, al menos en los medios conservadores, el principal motivo del viaje: la pobreza y la criminalidad que llevan a miles de personas de México y del Triángulo Norte (Guatemala, Honduras y el Salvador) a cruzar la frontera sur de Estados Unidos.
Con la ola migratoria en sus mayores niveles, el presidente Joe Biden encargó a Harris ocuparse de ese tema. Con el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, firmó un protocolo de acuerdo para atacar las causas profundas de la migración y ayudar a los habitantes a recuperar la esperanza en casa.
Pero en cada escala se repitió la pregunta: ¿por qué no fue a la frontera sur de Estados Unidos para verla por sí misma?
Para ellos, es Biden quien provoca llegadas masivas con una política migratoria más humana, luego de la “tolerancia cero” de Donald Trump.
Clima y ciberseguridad, a la cumbre del G7
El primer ministro británico, Boris Johnson, y el presidente estadounidense, Joe Biden, prevén acordar hoy, durante su primera reunión, una nueva “Carta del Atlántico” que tenga en cuenta la amenaza de los ciberataques y el calentamiento global, según Downing Street.
La reunión entre aliados en el suroeste de Inglaterra, donde del viernes al domingo se celebrará la cumbre del G7, dará el pistoletazo de salida a una intensa gira europea de Biden.
LEG