Foto: AFP "Es un gran descubrimiento porque ahora se puede rastrear los movimientos a través del espacio y el tiempo por medio de una familia", explicó la arquéologa Jeanette Varberg  

Separados durante mil años, dos guerreros vikingos de una misma familia por fin lograron reunirse, aunque ya como piezas del Museo Nacional de Dinamarca en Copenhague, un acontecimiento que aporta una nueva luz sobre los desplazamientos por Europa.

A principios del siglo XI, uno murió en Inglaterra a causa de heridas en la cabeza y fue enterrado en una fosa común en Oxford. El otro murió en Dinamarca y su esqueleto presentaba señales de golpes que sugerían que había participado en batallas.

Una cartografía del ADN de los esqueletos de la época vikinga permitió fortuitamente descubrir que eran parientes en segundo grado.

“Es un gran descubrimiento porque ahora se puede rastrear los movimientos a través del espacio y el tiempo por medio de una familia”, explicó la arquéologa Jeanette Varberg, del Museo Nacional de Dinamarca.

Este descubrimiento arroja datos acerca de que los antepasados de los daneses habrían invadido Escocia e Inglaterra, no obstante, aunque el parentesco es indiscutible, es imposible determinar la relación exacta entre los dos hombres.

“Es muy difícil decir si vivieron en la misma época o quizás haya una generación de diferencia, porque no hay ningún elemento en las tumbas que pueda dar una datación precisa, así que hay un margen de más o menos 50 años”, explicó la arqueóloga.

LEG