El 27 de mayo pasado fueron detenidos en Guatemala, a solicitud de la Fiscalía de Derechos Humanos, 12 personajes vinculados con el conocido como caso del Diario Militar.
El Diario Militar es un documento elaborado entre agosto de 1983 y marzo de 1985 por la Unidad de Inteligencia Militar de la Presidencia conocida como El Archivo. Consta de 173 páginas y de seis secciones. La sexta es la más importante porque en ella se registra de manera clara la labor de inteligencia y las violaciones a los derechos humanos que el Estado llevó hacia determinadas personas. Aunque en él se advierte que la mayoría de estas personas fueron asesinadas, en ausencia de datos certeros sobre su paradero hasta la fecha se les considera formalmente como desaparecidas.
El 20 de noviembre de 2012 la Corte Interamericana de Derechos Humanos emitió una sentencia por este caso en el que estableció la responsabilidad del Estado guatemalteco, entre otros, por la falta de investigación de las desapariciones, por la muerte de una de las personas y la tortura de dos más. También declaró la responsabilidad por la violación de los derechos a la integridad personal, la protección de la familia, la libertad de asociación y los derechos políticos de los familiares de las víctimas. Entre las reparaciones que ordenó al Estado estuvo la investigación eficaz y en un tiempo razonable de los hechos y la identificación del paradero de las personas desaparecidas.
Aun con el peso de esta sentencia y con el esfuerzo de organizaciones civiles y de familiares, la investigación había permanecido detenida por años dentro de Guatemala.
Las recientes detenciones representan una esperanza para quienes han buscado justicia por tantos años. En 1999, cuando se hizo público el documento, los familiares presentaron una denuncia ya por el caso identificado como el Diario Militar. No obstante, desde el momento mismo de las desapariciones varios familiares interpusieron denuncias individuales, además de recursos de habeas corpus.
Hoy, están detenidos no sólo personas que ejecutaron los crímenes, sino también aquéllas que los decidieron y los planearon. Entre los capturados se encuentran el general Vásquez Echeverría y otros dos generales del Ejército. Los ilícitos por los que se les acusa, entre otros, son asesinato, desaparición forzada y delitos contra los deberes de la humanidad.
Las razones para tener esperanza en que se hará justicia es la solidez y amplitud de las evidencias documentales y testimoniales. El Diario Militar es una de las pruebas más contundentes, debido al documento en sí mismo y al hecho de que el Estado guatemalteco lo reconoció en 2007 como oficial y auténtico. Sin embargo, existen también más de dos mil documentos directos y más de cuatro mil indirectos en el Archivo Histórico de la Policía Nacional que serán usados como material probatorio. Dos perpetradores han dado su testimonio, lo cual acrecienta las posibilidades de justicia.
Hago votos porque el caso se resuelva conforme a derecho y porque no vayan a primar los factores de poder político, económico y militar de los grupos y personas que se han empeñado en que prevalezca la impunidad.