A lo largo de la historia, las mujeres siempre representaron un desafío y desequilibrio frente al poder masculino, provocando que sus cuerpos sean asumidos como propiedades por dominar, utilizar y abusar. Este ideal es cuestionado por ocho artistas en Aquelarre. Capítulo II: cuerpo y poder, una exposición virtual conformada por piezas estéticas basadas en el arquetipo de la bruja, una de las figuras femeninas que fuera de la concepción cotidiana, simboliza conocimiento, rebeldía y subversión.
“Para nosotras es complicado conseguir espacios para plasmar nuestro arte”, comentó María Sosa en entrevista con 24 HORAS, una de las participantes de la muestra y quien se basó en la figura de Xipe Totec, el dios desollado, para manifestar la represión que ejerció la colonización sobre las prácticas de las culturas prehispánicas consideradas brujería, y sobre todo, en el rol y la forma en que la mujer se integraba en la civilización.
“La forma en la que estas múltiples sociedades pensaban, se relacionaban entre ellos y con el mundo, se rompió por la imposición de los pueblos europeos”, resaltó la investigadora, indicando que ocurrió lo mismo con la jerarquización de los géneros, pues en Perú existen tumbas de gobernantes femeninas y en relación con los mayas, vestigios de la Reina Roja, pruebas de que las mujeres ocupaban cargos importantes entre los hombres antes de la colonización.
Por otra parte, Carmina Escobar, cantante experimental y autora del performance La garganta de la serpiente, protestó a través de la personificación de la diosa de la fertilidad Cihuacóatl y una entonación libre, espontánea e improvisada, por la voz que a muchas mujeres les ha sido arrebatada bajo el objetivo de lograr el silencio femenino.
“La voz es un elemento mágico dentro de la vida que transforma espacios, todas las negativas con las que se definió el arquetipo de la bruja fue para quitarle su fuerza”, señaló la artista sonora.
Finalmente, Julia Antivilo, historiadora y activista feminista, cierra la exhibición con broche de oro gracias a Maldigo, un performance basado en la canción de la compositora Violeta Parra y en el que se lleva a cabo un ritual de sanación para reprobar el machismo, patriarcado y todo lo que atañe la supervivencia digna de la mujer.
“Veo a la magia como un espacio de poder y para hacer justicia”, dijo la académica, añadiendo que las brujas realmente eran sabias, dedicadas a la medicina y a los actos de sanación, como el trabajo de las chamanas machi mapuches, el cual la artista buscó replicar en su demostración.
Aquelarre. Capítulo II: cuerpo y poder estará disponible de forma gratuita y durante las 24 horas del día hasta el 20 de agosto en el siguiente link, ofreciendo otras mesas redondas, actividades y exhibiciones: https://aquelarre.fundacionmarso.org/exposiciones/capitulo/capitulo-ii-cuerpo-y-poder, mientras que en Facebook, Instagram y Twitter, su cuenta aparece con el nombre de @fundacionmarso.
LEG