El cambio de 98 millones de fumadores adultos a productos de nicotina sin combustión productos, más seguros que el cigarro convencional, es reflejo de la necesidad que tienen los gobiernos del mundo de incluir la reducción del daño, a través de alternativas al cigarro, en sus estrategias para acelerar el control del tabaco y beneficiar a la salud pública al medio ambiente, concluyeron más de 40 especialistas en el 8° Foro Global Anual sobre Nicotina.
A pesar de los esfuerzos que se han realizado desde hace varios años para erradicar este problema, la cifra de fumadores se ha estancado y cerca de mil 100 millones de personas conservan este hábito a nivel internacional. De ellos, se estima que el 80 por ciento vive en países de ingresos bajos y medios, en los que el tabaquismo figura como una de las principales causas de morbilidad y gran responsable de las desigualdades sanitarias.
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En el evento celebrado los pasados 17 y 18 de junio en Liverpool, Reino Unido, un panel de expertos en salud pública internacional, científicos, médicos, especialistas en control del tabaco, analistas y consumidores de la industria tabacalera, coincidió que los consumidores fuman para obtener nicotina, pero cuando queman el tabaco, liberan sustancias tóxicas y esto es lo que más perjudica a su salud.
Por eso, insisten, con el enfoque de la reducción del daño del tabaco, aquellos que no quieren dejar el consumo de tabaco podrán cambiar los productos combustibles peligrosos (como lo son los cigarros tradicionales) a productos más seguros (vaporizadores y/o cigarrillos electrónicos, dispositivos de tabaco calentado, snus pasteurizados, bolsas de nicotina sin tabaco).
“Hasta 98 millones de consumidores en todo el mundo ya han hecho el cambio a productos de nicotina más seguros. En Inglaterra, las autoridades sanitarias apoyan el vapeo para dejar de fumar y los vaporizadores son ahora la ayuda para dejar de fumar más popular”, aseveró Gerry Stimson, director del Foro.
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El también profesor emérito del Imperial College London señaló que esta estrategia de reducción de riesgos ha funcionado en varios países. Por ejemplo, en Suecia, donde el uso de snus ha permitido que esta nación hoy tenga la mortalidad por tabaco más baja de Europa. Otro caso es el de Japón, donde los calentadores de tabaco han sido factor para la disminución de las ventas de cigarrillos.
Asimismo, advirtió del peligro que representa politizar la materia y los argumentos científicos en la lucha por acabar con el cigarro y su humo tóxico, que contiene más de cuatro mil sustancias químicas, de las cuales al menos 250 son nocivas para la salud, tanto del consumidor directo como del fumador pasivo.
“Es preocupante que los líderes internacionales de control del tabaco estén obstinados en perseguir un enfoque prohibicionista irresponsable del tabaco y la nicotina, mientras que la Organización Mundial de la Salud (OMS) perpetúa la información errónea sobre los nuevos productos de nicotina. La salud pública no se atenderá ni vivirá a salvo por una guerra contra la nicotina, condenada al fracaso”, aseveró Stimson.
Finalmente, una parte importante de la comunidad científica está convencida de que al brindar información clara y precisa a los fumadores, la gran mayoría terminaría por tomar una decisión informada para cambiar a alternativas libres de humo, que no están exentas de riesgo, pero sí son una mejor opción que los cigarros.
FF