Además del padecimiento que aqueja a sus hijos, padres de familia de niños con cáncer viven desgaste físico, emocional y económico; la problemática para ellos no es el desabasto de medicamentos, sino la dificultad de la enfermedad de sus seres queridos que, en ocasiones, han recaído.

Entrevistados en inmediaciones del Instituto Nacional de Pediatría (INP), familiares de niños en tratamiento contra el cáncer coincidieron en que han recibido buen trato por parte del personal médico, así como en los procedimientos a los que han sido sometidos sus hijos; sin embargo, el desgaste es en el aspecto físico, emocional y económico.

Ellos niegan que haya desabasto de medicamentos y aseguran que la mayor parte de los gastos, como las quimioterapias y operaciones quirúrgicas, han sido cubiertos por el hospital, aunque reconocen que en ocasiones han adquirido fármacos complementarios al tratamiento oncológico.

Provenientes de varios estados de la República, señalaron que el principal gasto es el transporte hacia la Ciudad de México que, en ocasiones, es semanal, quincenal o mensual, de acuerdo con la etapa en la que se encuentren los menores.

Ángel, quien viaja desde Hidalgo con su esposa e hijo de 12 años, a quien le diagnosticaron un sarcoma sinovial, es decir, un tumor detrás de la rodilla, desde hace cinco años, precisa que el principal gasto para ellos son los pasajes a la capital del país y la comida, pues por parte del hospital siempre les han dado buen trato y han cubierto los gastos del tratamiento.

Admite que la enfermedad de su hijo es “muy difícil”, ya que implica desgaste físico y económico. En su esfuerzo por cubrir los costos de los viajes al INP cada que es citado y que rondan los 2 mil 500 pesos, labora en lo que se le presente en su comunidad, desde trabajo en el campo, hasta como mesero en los restaurantes.

Egresos sin ingresos

El hijo de Gabino fue diagnosticado con leucemia en abril pasado. Refirió que ya han iniciado con las quimioterapias y los aspirados y el pequeño ha respondido bien. En su caso, la mayor afectación es el dinero y el tiempo, ya que ha tenido que dejar de trabajar para acompañar al menor, lo que representa egresos sin ingresos. Por parte de la atención del INP, no tiene reclamo alguno.

A su vez, Elia Avilés, madre de familia que se traslada desde Guerrero hasta la Ciudad de México con sus dos hijas, señala que en su caso sí ha sido testigo de falta de medicamentos para las quimioterapias, por lo que ha tenido que esperar entre ocho y 15 días para retomar las sesiones.

La mujer, cuya hija mayor de 15 años padece leucemia linfoblástica aguda desde julio de 2020, indica que en las últimas semanas tuvo que adquirir medicamento que oscila entre los mil 600 pesos a dos mil pesos para que se pudieran llevar a cabo las quimioterapias con el objetivo de que su tratamiento no quedara a medias.

Reconoce que el padecimiento de su hija la ha afectado económicamente, pues cada viaje a la Ciudad de México asciende a más de dos mil pesos, sin considerar los gastos de alimentación. Asimismo, acepta que se siente cansada, pues ha atravesado por mala alimentación y enfermedad; sin embargo, sabe que tiene que mantenerse firme para ganar la batalla contra el cáncer de su hija.

Otra versión

Un caso diferente es el de Ivonne Jaimes, proveniente de Guerrero, madre de Shareni, de ocho años de edad, a quien le diagnosticaron cáncer en la glándula suprarrenal, un cáncer poco frecuente que afecta el sistema nervioso central.

A cuatro años de aquel diagnóstico en el que le daban apenas unos meses de vida, destaca con aparente alegría el trato y los esfuerzos que realizó el personal médico del INP que en todo momento estuvo al pendiente del seguimiento del tratamiento de su hija; el acompañamiento de trabajo social que le consiguió la gratuidad de la cirugía, así como el apoyo de las damas voluntarias del INP que, cuando les es posible, que es en la mayoría de los casos, según indica, les conseguían los medicamentos —que no surte el hospital— a precios muy por debajo del mercado.

Actualmente, la niña sigue en terapias de rehabilitación, ya que el cáncer dañó el sistema nervioso central, pero su madre destaca el avance que ha logrado a lo largo de los años.

LEG