A dos meses del colapso de un tramo elevado de la Línea 12 del Metro, ocurrido el pasado 3 de mayo y que dejó 26 fallecidos, en la llamada Zona Cero perdura la tristeza, mientras que transeúntes, comerciantes y vecinos evitan hablar de la tragedia.
Entre las estaciones Olivos y Tezonco, algunos peatones observan el tramo colapsado y agachan la mirada para seguir su camino, pero quienes acuden a la plaza comercial que está cerca de ahí o esperan el transporte sobre la Avenida Tláhuac, miran con profundidad y tristeza la zona del derrumbe.
Aunque hay bastante afluencia de gente y comercios abiertos, la mayoría de personas consultadas por este diario evitan hablar sobre la llamada Línea Dorada, pues al preguntarles sobre los hechos del 3 de mayo, señalan que no viven en la zona, que llevan prisa o simplemente responden: “ahorita no”.
Guadalupe, quien vende cubrebocas, contó que el 4 de mayo no pudo instalarse, pues el perímetro estaba acordonado y sin acceso a civiles.
“Ese día no pude vender mis cosas, ya que cerraron toda la zona. Miré el Metro en el piso, olía a cable quemado. Fue impresionante ver el derrumbe y pensar en todas las personas que venían a bordo. Estuvo muy triste”, narró.
Guadalupe dijo que extraña el Metro por dos razones: primero, porque el robo a pasajeros en los microbuses ha ido en aumento, mientras que la Línea 12 brindaba seguridad; y segundo, que los tiempos de traslado eran más cortos.
“Cuando voy a surtirme al Centro ahora me hago dos, dos horas y media, y antes en el Metro, de Tláhuac a Mixcoac, eran 40 minutos”, recordó.
ZONA ACORDONADA
Mientras la Zona Cero continúa acordonada con vallas metálicas, afuera de la estación Nopalera, de la L-12, se observa afluencia de personas que utilizan el servicio emergente del Metrobús para llegar a sus destinos.
La mayoría de quienes hacían fila abordaban el Metrobús con dirección a la estación Coyuya, de la Línea 8 del Metro, y otras personas subían al transporte con dirección a la estación Atlalilco. También en paralelo a la L-12, que se mantiene inoperante, hay usuarios que recurren al servicio de bicitaxi o mototaxi.
Marisol Tapia aún no recibe indemnización
Marisol Tapia, mamá de Brandon Giovanni, el niño de 13 años que falleció el 3 de mayo al colapsar un tramo elevado de la Línea 12 del Metro, entre las estaciones Tezonco y Olivos, todavía no ha recibido la indemnización correspondiente, informaron sus abogados.
Lo anterior, luego de que la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas de la CDMX (Ceavi) señaló que otorgará el apoyo en el transcurso de la semana y sumará los montos del seguro del STC- Metro e inmediatos para una reparación integral de daños, para un total de un millón 920 mil pesos.
“Como parte de los planes de reparación integral de daños a víctimas de la Línea 12 del Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro, el Gobierno de la Ciudad de México, a través de la Ceavi, otorgará de manera adicional un millón de pesos a los 26 núcleos de familia de personas fallecidas”, refirió la Comisión en un comunicado.
El titular de la Ceavi, Armando Ocampo, detalló que inició la notificación a familiares para poder entregar el monto de un millón de pesos en el transcurso de la semana. Informó que la póliza del seguro del STC-Metro entregada
a familiares de personas fallecidas incrementó de 650 mil a 870 mil pesos, los cuales se han entregado a 23 familias, mientras que las tres restantes podrán aceptarlo cuando lo consideren conveniente.
LEG