Hoy se dio la liberación Big Boy, mejor conocido como el elefante del millón de dólares, en el Santuario de animales OSTOK, en Culiacán, Sinaloa, el cual será su nuevo y definitivo hogar.
Después de más de 60 días en una cuarentena bajo estricto cuidado y observación por especialistas y veterinarios de México y otros países, el paquidermo fue dado de alta por los médicos veterinarios , quienes autorizaron su traslado al Santuario Ostok, el cual se dio este lunes.
Big Boy fue rescatado de una carpa de circo donde se encontraba hacinado, desde la prohibición de los animales en espectáculos circenses.
“Este elefante ha recuperado cerca de 400 kilos de peso, según los especialistas que han estado trabajando con nosotros, lo cual es muy bueno ya que se le hizo una recuperación en sus patas ya que por la posición en la que estuvo durante mucho tiempo, las uñas empezaron a crecer de una manera uniforme, lo cual no le permitía tener una muy buena postura y por ende cambió su carácter.
“Es complicado entender y comprender que nunca va a ser lo mismo el estar en un hábitat de 2 hectáreas para un animal de 5 toneladas que una carpa. Es muy valioso este momento en el que abrimos las puertas de este santuario para él”, dijo a 24 HORAS, el activista Arturo Islas Allende.
A este esfuerzo se sumaron el empresario Jorge Cueva, conocido como Mr. Tempo, y Ernesto Zazueta, presidente de la Asociación de Zoológicos, Criaderos y Acuarios de México.
“El éxito más grande en este momento es que las personas que han estado siguiendo el proceso de Big Boy puedan constatar que hoy después de tanto esfuerzo tenemos a un elefante en un lugar digno que puede ofrecerle una mejor calidad de vida”, agregó el activista.
Big Boy es un elefante asiático de 40 años, al que le quedan cerca de 35 años más, pues alcanzan a vivir hasta 8 décadas en condiciones favorables, así que ahora lo que le toca es disfrutar de este espacio en el que se continuarán haciendo modificaciones como una alberca.
“Ahora el siguiente proceso queda en manos del Santuario Ostok (que en náhuatl significa la cueva de los animales), en donde Big Boy no es una mascota, sino un representante digno de este sitio, donde se pretende y se tiene un convenio con las autoridades mexicanas para ayudarle en la rehabilitación de aquellos animales que son incautados del comercio ilegal de especies, y que se convierta en una esperanza para todos esos animales y que los especialistas puedan atenderlos y darles una segunda oportunidad”, finalizó Arturo Isalas Allende.
LEG