La Selección Nacional terminó la fase de grupos en primer lugar de su pelotón como tenía que ser, pero dejando en el ambiente sensaciones que están lejos de ser por ahora de un equipo que robe en la competencia y que es seguro campeón o cuando menos, finalista.

Y es que los dirigidos por el Tata Martino no están teniendo regularidad, porque van alternando pasajes interesantes, con momentos desafortunados, que ponen en peligro los resultados, que afortunadamente se han rescatado y por ello el primer puesto en el grupo y el cero goles en contra en la portería de Talavera, hasta ahora poco exigido pero que ha respondido muy bien.

Esta primera fase de la Copa Oro, también nos ha dejado claro que no está fácil armar dos tricolores al mismo tiempo y que al darle preferencia al olímpico se quedó con un cuadro no tan poderoso ante los de Concacaf, a los que nos gusta hacer menos y siempre nos meten en aprietos.

Esto lo comento porque Martino no tiene una banca tan fuerte para responder a la competencia, por ejemplo al lesionarse Lozano no tiene en los suplentes un jugador de las características del Chucky, porque Lainez, Antuna, Vega y Alvarado están en Tokio. El reglamento ya le dio permiso de suplir al lesionado con Pizarro que está lejos por ahora del nivel de los mencionados.

Otro ejemplo, cuando se complican los juegos como ante El Salvador, no es lo mismo tener en la banca a Romo, Córdova, Charly Rodríguez, y los ya mencionados en el párrafo anterior, que a la banca actual, es decir, siete jugadores que sí cambian la decoración con una substitución.

Pero aceptar esto, no es tampoco un pretexto válido, la verdad es que si bien con lo que hay no es para tirar cuetes si hay plantel para alcanzar a ganar la Copa de Oro. 

Y es por eso que digo que es el momento del Tata, ya que con su jerarquía deberá saber manejar este grupo y llevarlo a ganar, debe de sacar todos sus recursos para lograr un conjunto que logre liquidar al rival y controlar los momentos de apremio, eso pienso que se logrará con variantes tácticas y una gran lectura de juegos para mover la alineación y hacer los cambios en los momentos adecuados.

Por ejemplo, ante El Salvador, se jugaron 35 minutos muy buenos, logrando anotar y creando continuamente aproximaciones, bien armadas, pero con muy mala definición. Hasta ahí todo muy bien, pero posteriormente el equipo tiene una parte complementaria muy deficiente, dominado por el rival, sin tener la pelota, sin imponer condiciones y con muy bajo nivel individual. 

Creo a la distancia que la razón puede ser exceso de confianza, así como una baja física muy importante, que los lleva a replegarse e incluso a cometer faltas y recibir tarjetas por perder en el mano a mano.

Para solucionar esto es necesario la mano del técnico, dejar el 4 3 3 para poder responder al momento del partido, buscar un bloque más grande en medio campo para tapar al rival y no perder el esférico, quizás un 4 4 2 o hasta el 5 4 1, para darle forma a una defensa más sólida y un contra ataque importante, porque hay armas individuales para ello. 

En el juego contra los salvadoreños, incluso en el peor momento se pudo crear peligro, por ello creo que hay solución, pero está en las manos del cuerpo técnico, que deberá encontrar las variantes para no poner en peligro los resultados y también dependerá de los preparadores físicos diagnosticar correctamente los estados de los futbolistas para saber cómo realizar las cargas de trabajo en entrenamientos diferenciados en las practicas.

El reto está ahí, insisto es el momento del Tata Martino. 

 

@raulsarmiento