Ariarne Titmus se llevó la medalla de oro en los 400 metros libres de natación y derrotó a la máxima favorita, la estadounidense Katie Ledecky, pero el momento se lo quedó su entrenador, Dean Boxall, quien se dedicó a correr fuera de control a lo largo de toda la zona designada para el. Una voluntaria intentó controlarlo, pero acabó asustada y lo dejó festejar.
“Creo que salí de mi cuerpo”, bromeó ante los reporteros. “Simplemente perdí el control”.
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“Él significa todo para mí”, aseguró Titmus al ser consultada sobre los festejos de su coach, durante sus primeras declaraciones tras conquistar el oro. “Que se divierta. Practicamos esto durante mucho tiempo. Al entrar en esta carrera sabíamos lo que teníamos que hacer”, agregó en un tono mucho más sereno y centrado.
En la final de los 400 metros libres Katie Ledecky llegó con la mejor marca y como la poseedora del récord olímpico, pero al ser derrotada por una joven nadadora australiana de apenas 20 años, se dio una de las más grandes sorpresas en Tokio 2020.
Boxall no se pudo contener ante la consagración de su alumna y las imágenes se volvieron virales. Se quitó la mascarilla, gritó desaforadamente con los puños cerrados y se aferró a un panel de vidrio ante la atenta mirada de una voluntaria que nada pudo hacer para tranquilizarlo.
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Vestido con una playera amarilla, sus movimientos fueron captados por las cámaras oficiales de la transmisión que pasaron la repetición de cómo vivió el australiano los segundos finales del triunfo de su pupila, que aun continuaba asimilando dentro de la piscina lo que acababa de conseguir.
“Como pueden ver, estaba más emocionado que ella. Básicamente me decían ‘Necesitas calmarte’”, sentenció Boxall después de que logró calmarse.
EAM