Falta casi un mes para que las tropas de Estados Unidos abandonen por completo Afganistán, o al menos esa es la promesa del Presidente Joe Biden. Pero el avance de los grupos terroristas talibanes a lo largo de la nación de 38 millones de habitantes atemoriza a la población, que ha tomado medidas como tramitar un pasaporte “por si las dudas”.
En las últimas semanas, oficinas de expedición de dichos documentos han registrado un incremento en la demanda de cinco veces la cifra original.
Khalilullah, un ingeniero de 36 años procedente de la provincia de Balkh, llegó a las 5 de la mañana con su esposa y sus tres hijos para sacar los pasaportes “para poder ir a otro sitio si las cosas van realmente mal”.
“Ya había 300 personas en la cola”, aseguró al pasar el control de seguridad… tres horas después.
“Es necesario tener un pasaporte, vistas las circunstancias”, confiesa Zeenat Bahar Nazari, una estudiante de Informática de 23 años, demasiado joven para recordar el régimen talibán (1996-2001) y su rigurosa interpretación de la ley islámica.
“Pero cuando éramos niños, nuestras familias contaban que los talibanes mataban o hacían desaparecer a las personas, eran violentos con las mujeres, no les permitían educarse y las privaban de sus derechos básicos”.
La joven conoció en cambio los 20 años pasados de sangrienta insurrección. “La única cosa que conozco de los talibanes es el rostro del terror, combates, atentados suicidas y baños de sangre”, subraya.
Pocos de los que solicitan un pasaporte saben a dónde irán. La mayoría confía en que podrán seguir en su país. Pero quieren estar preparados.
LEG