Una de las prioridades del presidente estadounidense Joe Biden, con seis meses en el cargo, fue frenar la migración ilegal desde los países del llamado Triángulo Norte centroamericano y de México. Aunque su enfoque, planteó el demócrata, cambiaría respecto al de su predecesor, pues antes de reaccionar a la llegada masiva de viajeros, buscaría combatir las causas que originan el fenómeno.
La víspera, en seguimiento a la Orden Ejecutiva que firmó Biden el 2 de febrero, y por la cual instaba a desarrollar una “Estrategia de Causas Fundamentales”, la Casa Blanca presentó el documento de 20 páginas.
El proyecto establece cinco áreas generales de trabajo, entre ellas una que aborda la inseguridad económica, la corrupción y la desigualdad de naciones como El Salvador, Honduras y Guatemala.
También habla de fortalecer la gobernabilidad democrática y promover el estado de derecho y el respeto por los derechos humanos, laborales y la libertad de prensa, contrarrestar y prevenir la violencia, la extorsión y otros delitos perpetrados por bandas criminales, redes de trata y otras organizaciones delictivas organizadas y combatir la violencia sexual, de género y doméstica.
En marzo, Joe Biden designó a la vicepresidenta Kamala Harris para liderar la estrategia contra la migración irregular desde El Salvador, Guatemala, Honduras y México. Tras giras de funcionarios estadounidenses y la misma Harris hacia México y el Triángulo Norte, los principales señalamientos consistieron en generar mejores condiciones de vida para los habitantes y evitar que busquen mejores panoramas en Estados Unidos.
El secretario de Estado de EU, Antony Blinken, quien sostuvo una conversación telefónica con el canciller mexicano Marcelo Ebrard, agregó que se trata de una estrategia regional integral de varios años que implica una inversión de 4 mil millones de dólares para mejorar la vida de las personas en toda la región: “Nos asociamos con la sociedad civil, el sector privado, los sindicatos, los gobiernos de la región y los socios internacionales para llevar a cabo una estrategia eficaz que logre resultados”.
La Casa Blanca recordó en una nota que, el 26 de abril, la vicepresidenta Harris anunció fondos de ayuda urgentes por 310 millones de dólares, destinados a atender los detonantes de la migración, incluidos huracanes, la pandemia del Covid-19 y las sequías, como resultado del cambio climático. “Hasta la fecha”, difundió a través de la embajada en México, “hemos asignado más de 250 millones del volumen total de fondos, que han llegado a más de 2 millones de personas”.
LEG