A nivel mundial, cada treinta segundos fallece una persona por síntomas relacionados con la hepatitis, mientras que 9.4 millones se encuentran recibiendo tratamiento por infección crónica del virus, siendo el tipo B y C los más comunes, provocando cada año 3 millones de casos nuevos.
Lamentablemente, México no escapa de los estragos de la hepatitis, pues se tiene registro de que aproximadamente medio millón de la población la padece, lo que coloca al país en el segundo puesto con más infecciones de tipo C a nivel Latinoamérica.
A pesar del panorama desalentador, se ha recorrido un largo camino que ha resultado en el desarrollo de terapias innovadoras que no impactan en la calidad de vida del paciente, debido a que los primeros tratamientos originaban efectos negativos, como fiebre, dolores musculares y de cabeza, cambios en el estado de ánimo e incluso anemia.
De acuerdo con la Asociación Mexicana de Industrias de Investigación Farmacéutica (AMIIF), los agentes virales directos (AAD) llegaron a elevar el porcentaje de pacientes recuperados 60%, pero algunos únicamente atendían el genotipo 1 de seis responsables de la hepatitis C, aquel que predomina en México.
Actualmente ya se cubren todos los genotipos y es posible acceder a un tratamiento que contiene dos agentes antivirales en una sola tableta, el cual cura la hepatitis en tres meses, alcanzando el 98% de personas sanas. Es así como en los últimos 15 años, las terapias antivirales de acción directa han logrado darle batalla a la hepatitis C crónica de la mano con un seguimiento adecuado.
Sin embargo, las 1.1 millones de muertes al año causadas por esta enfermedad se deben a la falta de detección oportuna, puesto que algunos pacientes se acercan a los médicos con el hígado ya dañado por fibrosis, la cual puede progresar a cáncer u otras enfermedades fatales.
La AMIIF también resalta que el estigma social hacia la hepatitis, su comprensión limitada por parte de doctores y pacientes, y la ausencia de sistemas de salud que faciliten la detección mediante la atención apropiada, no permiten avanzar en su identificación temprana. Aquellos retos, son los que aún quedan por conquistar tanto en México como a nivel mundial.
PL