A pesar de la pandemia de Covid-19, Opera Studio Beckmann (OSB) impulsa a su segunda generación de jóvenes cantantes mexicanos, con un interés en ascenso de los artistas y auge de instituciones privadas en apoyarlos, asegura su director, el tenor Benito Rodríguez.
De la primera convocatoria de 2019 a la nueva de este año, el número de aspirantes pasó de 95 a 365 postulantes que audicionaron por los 15 lugares que ofreció en esta edición el OSB, que les da clases de técnica vocal, de protocolo, couching operístico, comunicación intercultural, y también conciertos, entre otros apoyos para que los cantantes mexicanos puedan desarrollar una carrera internacional.
Rodríguez atribuye en entrevista el creciente interés a que el OSB, apadrinado por Plácido Domingo, empezó a tomar fuerza con actividades que ofreció a becarios en 2020, como master classes de manera presencial con Javier Camarena y Elīna Garanča, y ya en línea por la pandemia con Rolando Villazón, David Lomelí, Iván López Reynoso, Rebeca Olvera, Nancy Fabiola Herrera, entre otras figuras.
“Cada vez hay más cantantes en el país; y tienen hambre de superarse, están buscando oportunidades en todo México. Ahora hay muchos estudios buenos que tratan de captar a los cantantes del país y hay cada vez más industrias privadas que quieren ayudarlos en sus carreras”, expuso el tenor internacional.
Rodríguez expuso que el problema en México es que muchos cantantes salen del conservatorio y su carrera se queda ahí; el objetivo del Opera Studio justo es, a partir de convenios y de buscarles contactos con directivos de teatros o casas de ópera en Europa y Estados Unidos, que desarrollen sus carreras a escala internacional, ya que en el país las oportunidades para los artistas líricos son limitadas.
De hecho, apenas se informó que Rodríguez y la soprano Laura Sheerin, asesora internacional del OSB, firmaron un contrato con Universal Music e iniciaron la grabación del disco compacto Duetting for life, bajo la dirección de Plácido Domingo y Allen Vladimir Gómez, con la producción de Eoin O’Callaghan, ganador del álbum del año, y arreglos de dos piezas del compositor Eduardo Magallanes.
Con la participación de Plácido Domingo, padrino de la OSB y bajo el auspicio de Tequila Cuervo, se tiene previsto un concierto el 16 de septiembre en Tequila, sede de la institución, acompañado por Sheerin y Ángel Rodríguez al piano.
“Si hay más industrias privadas que apoyen a los cantantes, con maestros de buena calidad, creo podemos seguir creciendo. Si ahora tenemos embajadores cantantes en los principales escenarios del mundo, ahora imagínate si tuviéramos cada vez más instituciones privadas que apoyan la cultura en general, pero en especial de la ópera. Vamos por buen camino”, respondió el directivo a si existía riesgo de que el auge de estudios de ópera en México pudiera repercutir en bajar la calidad de los cantantes.
Agregó que abrieron clases on line, lo que benefició a alrededor de 800 cantantes, con los becarios. Incluso detalla que la gente que se inscribió en su sitio al Festival Cultural de Tequila, también auspiciado por la familia Beckmann, casi llegó a más de 700 estudiantes de todas partes del mundo. Ante ese interés, se creará una red en donde se van a poder todas las clases magistrales del OSB.
Sólo entre las nuevas oportunidades que pueden tener, por ejemplo, este año los 15 becarios realizar un concierto altruista en colaboración con el Teatro Palcco, en Guadalajara; ser parte de la transmisión de otro recital con arias en el que participarán todos los becarios; sólo habrá que esperar a que las condiciones sanitarias lo permitan.
Entre sus becarios anteriores que han emprendido ya carrera internacional, están la soprano Ethel Trujillo, que fue seleccionada para formar parte de la Academy of Vocal Arts en Estados Unidos, además de que participó en el Festival Internacional de Ópera de Bologna, Italia; y el bajo Ricardo Ceballos, ganador de la competencia en línea de la Ópera de Dallas, que ha sido invitado a la Ópera de Kentucky.
LEG