La Acrópolis desierta, las taquillas vacías y un silencio total: la imagen parece irreal para un mes de agosto en Atenas, que enfrenta la «peor ola de calor» en más de 30 años, según su primer ministro.

La calle Dionysiou Areopagitou, al pie del monumento y normalmente llena de turistas en esta temporada, pocos son los que, con un sombrero, desafían las temperaturas caniculares en este comienzo de agosto.

El mercurio ya roza los 40ºC el lunes a mediodía, cuando los últimos visitantes se adentran detrás de las rejas de la Acrópolis, antes del cierre de sus puertas. Sólo algunas notas musicales permanecen en el aire, provenientes de un músico callejero, que se protege del calor con la sombra de un edificio.

Se esperan máximas de 43ºC en Atenas y de 45ºC en otras regiones de Grecia.

La Acrópolis cerró el lunes por unas cuantas horas pero, a partir del martes, los turistas encontrarán las puertas cerradas todas las tardes -hasta el viernes- de la totalidad de los sitios arqueológicos al aire libre en Grecia, anunció el ministerio de Cultura.

Acompañados con el canto de las cigarras, un puñado de turistas caminan a la sombra de los olivos cerca de la Acrópolis e intentan entrar en el sitio declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

A pocos pasos, el museo de la Acrópolis, promete aire acondicionado y viajar en el tiempo. Un centenar de personas, abanicándose con lo que encuentran, esperan delante de la puerta de entrada, bajo un sol de plomo.

Desde el jueves, Grecia está atravesando un período de calor que debería alcanzar un máximo lunes y martes y durará hasta el jueves, según las previsiones meteorológicas.

«Nos enfrentamos a la peor ola de calor desde 1987», advirtió el primer ministro Kyriakos Mitsotakis, instando a los griegos a «limitar su consumo eléctrico» para evitar un apagón general.

Debido al sol abrasador, el fin de semana se declararon varios incendios en Grecia, sin causar víctimas, en particular en la isla de Rodas y en el noroeste del Peloponeso.

Ambos incendios estaban «en retroceso» el lunes, pero los bomberos todavía intentan controlarlos.

Decenas de aldeas y hoteles también han sido evacuados en la vecina Turquía, ante el aumento de los incendios que se producen desde hace seis días y que han causado ocho muertos.

Varias regiones de Italia y España también se enfrentan a temperaturas más altas y a un mayor número de incendios que de costumbre.

«Estamos en una fase de descalabro climático absoluta», deploró el viceministro griego de Protección Civil, Nikos Hardalias.

«En julio tuvimos mil 584 focos de incendio contra 953 en 2019», indicó en la televisión local, estimando que «ya no se habla de cambio climático sino de amenaza climática».

LEG