Marchistas sufrieron dificultades durante la competencia de este viernes por las altas temperaturas y la humedad que imperó en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
La prueba se disputó en las calles de Sapporo, a unos 1.100 kilómetros al norte de Tokio, bajo altas temperaturas y con una hora de anticipación a la prevista originalmente, buscando condiciones meteorológicas mejores.
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Debido a que al final las temperaturas eran comparables a las de la capital japonesa, la prueba fue adelantada a las 06:00 locales de la mañana (sábado 7 de agosto en Tokio).
La salida de la maratón se dio con una temperatura de 25 grados y 84% de humedad. Dos horas más tarde, a las 08:00 locales, hacía 29 grados y un 69% de humedad.
Durante la competencia, las marchistas se acercaban a las mesas de apoyo en busca de agua y hielo para soportar las altas temperaturas. Algunas se colocaban las bolsas de hielo en la cabeza, mientras que otras se las ponían en el pecho.
Sin embargo, esto no fue suficiente, ya que algunas se rezagaron debido a algunas molestias musculares y físicos.
Llegando a la meta, varias competidoras tambaleaban o se sentaban en el piso tras el gran esfuerzo que realizaron, por lo que personal de apoyo de los Juegos Olímpicos les ayudaban con toallas, agua y hielo, a otras con sillas de ruedas debido a que les costaba ponerse en pie.
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A pesar de las altas temperaturas, las kenianas Peres Jepchirchir y Brigid Kosgei se llevaron el oro y plata, respectivamente. Por su parte, la estadounidense Molly Seidel, que entró a 26 segundos de la ganadora, se llevó la de bronce.
Las mexicanas Úrsula Sánchez y Daniela Torres quedaron en los lugares 64 y 65, por su parte, Andrea Ramírez dejó la competencia.
EAM