Para el Gobierno y su partido, la misoginia y las agresiones sexuales se han convertido en una espada muy filosa que se blande y se usa contra los adversarios y críticos, pero que se envaina y esconde cuando el acusado es un aliado, lo que consolida una narrativa de impunidad para un grupo.

Todas las denuncias deberían ser tomadas con la misma seriedad, provengan de donde provengan, para contener un mal que carcome el servicio público y la política en general. Pero no ha sido así, algunos acusados han recorrido el camino después de una denuncia en su contra, con una mano que los acompaña en caso de que requieran apoyo para librar el problema.

A Félix Salgado hasta lo defendió el presidente López Obrador y si no fue candidato se debió a una omisión de la Ley Electoral, al no comprobar sus gastos de precampaña, no a las acusaciones en su contra por violación.

…El caso del gobernador electo de Morena, David Monreal, es otro ejemplo: pesó más la búsqueda del triunfo electoral y se minimizó un video en el que se observaba tocar a una de sus compañeras; el discurso oficial se centró en “no es lo que parece” o “editaron el video”.

El caso del diputado Saúl Huerta, que no es un tema de misoginia, pero sí de violación contra un menor de edad, ha sido pateado como un bote en la calle por la mayoría morenista, partido de donde fue expulsado al estallar el escándalo, pero no se concreta el desafuero. Ya hasta el subsecretario de Gobernación, Alejandro Encinas, reclamó.

No, no todos los casos de agresión sexual o violencia de género en el servicio público, en o desde el poder político son tratados igual, pero deberían, por la gravedad del problema. Sólo hay que echar un vistazo al panorama de las recientes elecciones.

Tan sólo en el proceso electoral 2020-2021 se presentaron más de 100 denuncias por violencia política de género: 23 por parte de candidatas a diputadas federales, 13 por parte de abanderadas a presidentas municipales y de las militantes de un partido.

Según datos del propio INE, las redes sociales han sido campo fértil para este tipo de ataques y es ahí en donde se registró la mayoría de las agresiones.

Uno de esos casos fue el de Humberto Santos Ríos, en Oaxaca, un candidato morenista que participaba en un chat abiertamente misógino, junto con otros servidores públicos.

#LoboSapiens

Sólo es casualidad

El despido del escritor Jorge F. Hernández como agregado cultural en la embajada de México en España pasa por dos dos aspectos: la versión de la propia cancillería de que se debió a una actitud y referencia misógina en contra de su jefa, la embajadora, afirmación que el señalado rechaza… pero también se da a unos días de que criticó a Marx Arriaga, funcionario de la SEP, por afirmaciones que el propio director de Materiales Educativos de la secretaría también rechaza… hace dos años, el nombre de Marx también apareció como uno de los responsables de que el entonces director de la Biblioteca José Vasconcelos, Daniel Goldin, dejara su cargo.

 

  @chimalhuacano