Hoy, como cada año desde 1994, se conmemora el Día Internacional de los Pueblos Indígenas.
Cada 9 de agosto numerosas organizaciones y gobiernos hacen eco de la importancia de los pueblos originarios para el mundo y las regiones en donde se encuentran; sin embargo aún ahora los esfuerzos han sido insuficientes y las tareas pendientes son muchas.
Según datos de la ONU, en el mundo existen aproximadamente 476 millones de personas indígenas en 90 países y juntas aglutinan alrededor de 5 mil culturas distintas. Es decir, representan 6.2% de la población mundial.
Sin embargo es un sector que tiene tres veces más probabilidades de sufrir pobreza extrema, viven vidas más cortas, y casi la mitad no tiene acceso a ningún tipo de educación formal, advierte la ONU.
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Mientras tanto, diversas comunidades originarias han alzado la voz en este día para visibilizar su lucha, las injusticias y concientizar sobre las problemáticas de enfrentan día a día.
Así fue en Guadalajara, donde pidieron a las autoridades integración y respeto para los pueblos originarios para así conservar sus tradiciones y costumbres.
“La población indígena pide que se realicen acciones para prevenir, compensar y reparar las violaciones graves a los derechos humanos, la desigualdad, la injusticia y la discriminación en contra de los pueblos en pleno siglo 21”, expresó Antonio Vázquez, representante de dichas comunidades
Cabe resaltar que aunque las palabras legado, tradiciones, cultura e idiomas son exaltadas cada vez que se cumple la fecha, en numerosas ocasiones los representantes de estos pueblos han tenido que venir a recordarnos, que no se trata de ninguna celebración, como a veces se piensa.
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Tal es el caso de Marco Flores, presidente del Grupo Cultural Tlahtoltequitl, quien recalca que aún persiste la discriminación a las poblaciones indígenas, ejemplificó que a los indígenas no se les permite registrar sus nombres si no están “en español”, pues quien les atiende desconoce la Ley General de los Derechos Lingüísticos en México.
“Seguimos con oficinas de gobierno donde hay sólo hablantes del español y cuando un indígena llega, tiene que solicitar las cosas en una lengua que no es suya”, expresó Marco.
Asimismo lamentó la discriminación en dependencias de los tres niveles de gobierno, en las que no se cuenta con traductores de lengua indígena, tal como lo marca la ley mencionada.
Otro ejemplo es el de María Dominga Isabel, mujer nahuátl originaria de San Isidro Buensuceso, San Pablo del Monte, Tlaxcala, quien solicitó unirse al programa “65 y más” del gobierno estatal, pero le fue negado por no tener acta de nacimiento. Tardaron 13 años en darle su credencial de elector.
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Como éstas existen miles de historias tan sólo en México, y los esfuerzos alrededor del mundo son insuficientes en el mejor de los casos.
Es así que tratándose de un sector enorme que sufre tanta injusticia, lidera la protección al medio ambiente, conserva el patrimonio cultural de muchas naciones y es una pieza clave en la agenda para el desarrollo sostenible, la importancia de atenderlo no puede ser menos que una prioridad internacional.
AV