En enero pasado, Armin Laschet, el ministro-presidente de la región de Renania del Norte-Westfalia, fue elegido como el nuevo líder del partido de Ángela Merkel, la Unión Demócrata Cristiana (conocida como CDU). Laschet suplió a Annegret Kramp-Karrenbauer, quien nunca se recuperó políticamente de la debacle que sufrió la CDU en las elecciones europeas de 2019.
A menos de siete semanas de la elección federal del 26 de septiembre, Laschet, la CDU y sus aliados de la Unión Socialcristiana de Baviera (conocida como CSU), se mantienen como favoritos. Sin embargo, en el último mes los partidos que arropan al posible “heredero” han perdido impulso.
Según el agregador de encuestas de POLITICO-Europa, la intención de voto por el bloque CDU-CSU al 10 de julio era de 29%, mientras que sus rivales más cercanos, los Verdes y su lideresa Annalena Baerbock, atraían 19%. Un mes después (9 de agosto), el agregador dio el 26% de las intenciones a CDU-CSU y 18% a los Verdes; es decir, una ventaja de ocho puntos, dos menos que en julio.
Por otro lado, el Partido Socialdemócrata (el más antiguo de Alemania, fundado en 1863) ha recortado su distancia con los Verdes en las últimas semanas. Al 9 de agosto tiene 17% de las preferencias (empate técnico con los Verdes), mientras que el 10 de julio registró 16 por ciento.
La campaña por la Cancillería ha estado repleta de errores y escándalos por parte de los dos principales aspirantes. A mediados de julio, Laschet fue captado riendo a carcajadas con unas personas durante un recorrido por un pueblo devastado por las lluvias. Esto, mientras el presidente alemán Frank-Walter Steinmeier daba una declaración de tono solemne a unos periodistas. Laschet fue tachado de insensible y pidió disculpas. Dos semanas después, admitió haber plagiado porciones de un libro que publicó en 2009 sobre inmigración. De nuevo, se disculpó.
Por su parte, a inicios de julio, Baerbock admitió haber plagiado varios pasajes para su libro, “Ahora: Cómo renovar nuestro país”, que se publicó días antes. Al igual que Laschet, pidió disculpas. En junio, Baerbock tuvo que modificar el currículum público que su equipo subió a Internet, ya que se comprobó que exageró su participación en la Alta Comisión de las Naciones Unidas para Refugiados (ACNUR) y en el Fondo Marshall (centro para la cooperación entre Estados Unidos y Europa). Asimismo, en mayo, medios revelaron que omitió declarar al Parlamento unos 25 mil euros en bonificaciones partidistas.
LEG