La revocación de mandato programada para exponerse al escrutinio de la población el primer domingo de abril del próximo año, tiene obstáculos para realizarse, sorpresivamente los senadores de todos los partidos se niegan a debatir la aprobación de la Ley Reglamentaria que daría luz verde a esta decisión de los mexicanos en las urnas.

Podría explicarse tal negativa si la iniciativa de no discutirse en un periodo extraordinario de sesiones hubiera surgido de los legisladores de Morena, pero surgió por parte de la oposición. Lo cual confunde a muchos habitantes del país debido a que pareciera que desconocen el contenido de dicha elección, y que consideran que los resultados podrían desgastar más sus institutos políticos debilitados en su interior.

La promesa de campaña del presidente López Obrador fue la de crear, a la mitad de su gestión, una revocación de mandato que lo consolidara en su administración o bien lo quitara. Pero ni los diputados y senadores de Morena ni los de otros partidos quieren que esto suceda. Menos aún lo quiere el INE, que quiere mayor presupuesto para llevar a cabo dicha consulta.

La oposición cree todavía que López Obrador podría tomar esa fecha como el inicio de un nuevo sexenio y así gobernar tres años más. Lo cual no se basa en ninguna declaración de nadie, pero los encargados de colocar rumores en medio de la política nacional así lo han difundido.

Será difícil que los hombres y mujeres dentro de Morena, que se preparan para sucederlo, le permitan al Presidente que intente siquiera permanecer un minuto más del que le corresponde a su mandato; sin embargo, la necesidad de colocar rumores en lugar de propuestas ha caracterizado a un grupo de personas que no dañan al Presidente sino a todo el país.

En el caso de la Revocación de mandato se habla de la necesidad de que la gente vuelva a comprometerse con el destino del país y fortalezca nuestra democracia. Mientras mayor participación tengan los mexicanos en las decisiones, mayor será el poder que tengan los electores, pero hay quienes están del lado de la obediencia ciega y no permiten que se le entregue a la población un poco más de poder de decisión porque se sienten ofendidos, agraviados, porque ya no tienen en sus manos las decisiones de hacer en el poder lo que les viene en gana.

La negativa de decidir sobre la permanencia del Presidente al frente del Poder Ejecutivo, puede ser producto del sondeo más conservador que arroja como resultado una popularidad del 60 por ciento, lo que la oposición advierte como peligro para las elecciones del próximo año, cuando estén en juego seis gubernaturas, de las cuales se anuncia que, por lo menos cinco, caerán en manos de Morena.

Pero la negación a debatir la Ley Reglamentaria que le dé validez a la consulta sobre la Revocación de Mandato parece no tener clara la intención, y sólo puede explicarse que los legisladores de todos los partidos, de acuerdo a su muy arraigada costumbre de no leer ni siquiera lo que van a discutir, desconozcan todos y cada uno de los detalles de esta ley que permitiría a la población decidir y al Presidente cumplir con una más de sus promesas de campaña.

PEGA Y CORRE. – La llegada a México del secretario de Seguridad Interior de Estados Unidos, Alejandro Mayorkas, pareciera no sólo ser una visita social, sino de contenido bastante extraño, ya que pareciera no viene a negociar sino a imponer criterios en materia económica y hacendaria con el pretexto de la seguridad… Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.

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