Si alguien lo tuviera que narrar como un cuento, contaría la historia de un joven revolucionario que luchó contra la dictadura que sofocaba su país en los años 70s, celebraría que después llegó al máximo cargo de gobierno, como Presidente… y que con el tiempo tomó tanto gusto por el poder que instauró una nueva dictadura, pero sustentada en ideales revolucionarios, porque en el cuento todo es posible. Cualquier señal de oposición, claro, debía ser anulada.
La historia detallaría cómo el personaje ha permanecido casi 20 años en la silla presidencial (1985-1990 y 2007 a la fecha) y enviado a prisión a sus propios excompañeros de lucha con tal de no compartir el cargo… lo que solo haría con su esposa, Rosario Murillo, vicepresidenta desde 2017.
Daría cuenta de la cancelación de uno de los partidos opositores más importantes (CxL) y la huida de su dirigente, Kitty Monterrey, a Costa Rica para no ser arrestada, destino que han sufrido otros 32 ciudadanos, al menos 7 de ellos precandidatos presidenciales.
Y es que en noviembre, el país de Centroamérica celebrará lo más parecido a elecciones generales. Se renovarán los titulares de los cargos de elección popular: Presidente, 90 diputados de la Asamblea Nacional, y 20 diputados al Parlamento Centroamericano.
La historia también detallaría ataques a la prensa y libertad de expresión, como el de esta semana: El diario opositor La Prensa anunció ayer que dejará de imprimirse porque la aduana no le ha liberado el papel. “La Prensa ha quedado sin papel para continuar circulando a nivel nacional debido a que la Dirección General de Aduanas mantiene secuestrada en su almacén fiscal la materia prima propiedad de esta empresa”, denunció el rotativo -único de circulación nacional-, en primera plana.
No pasarían de largo las críticas desde otros territorios. Este Gobierno ha llamado a cuentas a sus embajadores en países como Argentina, México, Colombia, España y Costa Rica luego que desde ahí se ha criticado la detención de todos quienes juzguen o busquen el poder.
Quizás el final del cuento sería la solitaria llegada de Daniel Ortega a las elecciones presidenciales de Nicaragua el 7 de noviembre próximo -donde buscará su cuarto mandato consecutivo-, sin nadie contra quien competir, ganar y permanecer en el poder hasta 2027, o quizás no.
CON INFORMACIÓN DE AGENCIAS
FRASES
“Nadie está seguro. Quedarse no tenía sentido, me iban a llevar presa o me iban a deportar. Nunca voy a dejar de ser nicaragüense. Yo voy a seguir luchando por Nicaragua, y esto no termina aquí”
Kitty Monterrey
Opositora que huyó a Costa Rica
“Insto a las autoridades a respetar plenamente las obligaciones internacionales de Derechos Humanos de Nicaragua y a liberar de inmediato a los líderes políticos, restableciéndoles sus derechos”
Antonio Guterres
Secretario general de Naciones Unidas
LA CRISIS, ÚLTIMOS EVENTOS
En 2018 el país es sacudido por protestas para exigir la renuncia del presidente Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo, vicepresidenta
En abril de 2019 hay varios intentos entre Gobierno y oposición de cerrar consensos
En octubre de 2020 diputados oficialistas presentan proyectos de ley cuestionados
En diciembre de 2020 el Parlamento aprueba una ley excluyente hacia las elecciones
En 2021 se aprueba el Consejo Supremo Electoral, formado por jueces oficialistas
El 2 de agosto Ortega es proclamado candidato para un cuarto mandato consecutivo
LEG