Las fracturas, a pesar de ser lesiones relativamente comunes, aún cargan tras de sí algunos mitos que pueden poner en riesgo la salud de las personas.
Una fractura es la pérdida de continuidad de un hueso debido a un golpe o fuerza suficiente para romperlo. Pueden causar moretones, inflamación, limitación del movimiento, deformaciones en el área y hasta una herida abierta.
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Si una fractura no se atiende adecuadamente, el tejido circundante corre el riesgo de inflamarse, obstruir la circulación sanguínea o incluso de morir. Por ello es importante tener precaución con algunas creencias que contribuyen a un mal manejo.
Gracias a los datos proporcionados por la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), es posible arrojar luz sobre algunos de los mitos más extendidos.
Aunque la creencia de que “sobadores” y “hueseros” pueden tratar cualquier fractura, lo cierto es que estos terapeutas tradicionales no están capacitados para atender lesiones complejas: por ejemplo aquellas que comprometen alguna estructura vital.
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Otra falsa creencia es que si una persona sufre una lesión en alguna extremidad, y aun puede moverla, significa que no existe fractura. Está comprobado que mantener algún grado de movilidad no descarta en lo absoluto una fractura.
Asimismo se suele pensar que el callo formado en el hueso tras una fractura descarta la posibilidad de sufrir otra en el mismo sitio. Lo cierto es que es perfectamente posible fracturarse en el mismo lugar más de una vez.
Las fracturas en huesos pequeños como los de las manos y muñecas pueden tratarse en casa. Otro mito. Cualquier tipo de fractura sin importar el lugar debe recibir tratamiento médico, de lo contrario es posible desarrollar secuelas funcionales considerables.
Las más comunes según la edad
Finalmente, es conveniente saber, de acuerdo a nuestra edad, cuál es el tipo de fractura a la que nos encontramos más expuestos. El experto en traumatología y ortopedia, Michel Ruiz Suárez, aclara este punto.
De acuerdo con el académico de la UNAM, las fracturas más comunes en los niños son las de codo; en los adultos, las de tobillo; y en los adultos mayores, las de muñeca, radio, hombro, cadera y columna vertebral.
“En cuanto a las personas de más de 65 años, principalmente las mujeres con osteopenia u osteoporosis, sufren con más frecuencia fracturas por fragilidad”, añadió Ruiz Suárez.
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