La alerta en Afganistán sigue encendida, y pasó del tímido ámbar al rojo titilante. Apenas ayer por la tarde, el secretario general de Naciones Unidas tuiteó que el conflicto está obligando a cientos de miles de personas a huir, en medio de informes de graves violaciones de derechos humanos:
“Todos los abusos deben cesar”, escribió Antonio Guterres, “se deben preservar el derecho internacional humanitario y los derechos humanos, especialmente los logros obtenidos con tanto esfuerzo por mujeres y niñas”.
Y es que ante la toma de los talibanes -islamistas suníes, grupo extremista de terror y político, asociado a Al Qaeda-, de la capital, Kabul, y de la huida del presidente Ashraf Ghani, presuntamente a Tayikistán, la nación de 38 millones de habitantes vive una desbandada por parte de los ciudadanos, temerosos de la mano dura que el grupo talibán imprime al gobierno, como lo hizo de 1996 a 2001, cuando las mujeres no podían trabajar ni salir sin estar acompañadas por un hombre, y se prohibía a las jóvenes y niñas ir a la escuela; a los ladrones se les cortaba las manos, los asesinos eran ejecutados públicamente y los homosexuales eran liquidados.
El presidente, a salto de mata, publicó en redes sociales: “Los talibanes ganaron”, y aclaró que abandonó el país para evitar “un baño de sangre, pues patriotas habrían sido martirizados y Kabul destruida si me quedaba.
Por su parte, el portavoz de los insurgentes, Zabihullah Mujahid, tuiteó que unidades militares del Emirato Islámico de Afganistán entraron en la ciudad de Kabul “para garantizar la seguridad”.
En 10 días, el movimiento islamista radical, que había comenzado una ofensiva en mayo, aprovechando el inicio de la retirada de las tropas estadounidenses y extranjeras, tomó el control de casi todo el país, tras 20 años de que las tropas de EU y de la OTAN permanecieron en el territorio para mantener a los talibanes a raya, y el Gobierno afgano pudiera operar.
El envío de tropas por parte de EU, Reino Unido y otros integrantes de la Organización del Atlántico Norte se realiza solo para garantizar la evacuación de su personal diplomático y tropas restantes. El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, indicó que vigilaban el funcionamiento del aeropuerto.
CON INFORMACIÓN DE AGENCIAS
CLAVES PARA ENTENDER A LOS TALIBANES
Los radicales islámicos que entraron a la capital afgana al tiempo que el Presidente abandonaba el país, gobernaron con terror entre 1996 y 2001.
* En 1994, el movimiento apareció en Afganistán, país devastado por la guerra contra los soviéticos
* En el poder, impusieron una estricta ley islámica que prohibía juegos, música, fotografías y TV
* Tras el 11-S en EU, perpetrado por Al Qaeda, EU y aliados lanzaron una amplia operación militar
* En 2018, estadounidenses y talibanes iniciaron negociaciones en Doha… interrumpidas por ataques
LEG