En el transcurso del Programa Nacional de vacunación contra Covid-19 en México, se ha popularizado la vacuna de AstraZeneca-Oxford debido a los efectos secundarios que experimentan quienes son inmunizados con ella; sin embargo, esta respuesta tiene una explicación. Según un estudio publicado por el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) de México, el antígeno tiene una efectividad del 90% en la población mexicana, en comparación del 63.9 % que se calculó en los ensayos clínicos.
Este estudio fue encabezado por Celia Alpuche Aranda, directora del Centro de Investigación sobre Enfermedades Infecciosas del INSP, quien a través de un foro virtual explicó que en los ensayos previos a las campañas de vacunación en el país, se estimaba que la vacuna AstraZeneca tuviera una eficacia de 63.9 % contra infecciones sintomáticas por SARS-CoV-2, sin embargo, actualmente se ha observado una efectividad mucho más fuerte.
Asimismo, Alpuche señaló que el resultado es inesperado, pues generalmente la efectividad suele ser menor a la estimada cuando se aplica en grandes campañas de vacunación. Indicó que una sola dosis otorga una protección de hasta 54%, mientras que con ambas dosis, si bien la respuesta está por encima del 85%, esta se eleva al 90% en protección contra las formas graves, hospitalizaciones y fallecimiento.
Al contrario de otras vacunas, la vacuna AstraZeneca no es de ARN mensajero, sino de un vector, lo que significa que no es el virus real, sino una versión inofensiva. Lo que hace este vector al ingresar al cuerpo humano, es dar información a las células para que se preparen en caso de que ingrese el virus real.
El trabajo entre las células y la información que brinda el vector es lo que genera el grado de efectividad en las vacunas. En este caso, las células de los mexicanos que son afectadas por las distintas condiciones del país como alimentación, climas, hábitos, etc. Trabajan mucho mejor con la información dada por la vacuna AstraZeneca.
PL