lula
Foto: AFP El manejo de la pandemia del coronavirus fue uno de los principales negativos del mandatario, que resultó contagiado  

El expresidente (2003-2010) lidera los sondeos recientes y es el favorito para retomar la presidencia de Brasil en las elecciones de 2022. Bolsonaro, al parecer, se derrumba.

Luiz Inácio Lula da Silva se perfila como el candidato favorito en las elecciones que celebrará Brasil el próximo año.

En el sondeo más reciente, el líder de PT se impone por encima de los demás candidatos con un amplio margen, mientras que el actual presidente y candidato de la ultraderecha, Jair Bolsonaro, se desploma cada vez más.

Según la consultora XP Ip Espe, Da Silva aventaja a los demás candidatos con el 37% de las intenciones de voto en la primera vuelta, mientras que Bolsonaro ocupa el 28 por ciento. En el escenario de la segunda vuelta, Lula arrasa con 51% de preferencia sobre el 32% del candidato de ultraderecha hoy en poder.

Los resultados respecto a las anteriores encuestas realizadas por la misma consultora muestran una tendencia a la alza por parte de Lula y a un Bolsonaro cuya imagen cae a pedazos por cada día que pasa.

El manejo de la pandemia del coronavirus fue uno de los principales negativos del mandatario, que resultó contagiado.

Da Silva, aunque aún no formaliza su candidatura con el PT, se ha mostrado optimista y enérgico en el camino a las elecciones del 2022. Desde que abandonó la cárcel en noviembre de 2019 -por acusaciones de corrupción y lavado de dinero, de los cuales fue declarado inocente-, mostró sus intenciones de contender por un nuevo mandato y, rápidamente, se convirtió en el principal opositor de Jair Bolsonaro.

“No tengo derecho a retirarme. El PT tiene la obligación de regresar. Yo aún no soy candidato. Pero estoy en la fila.

Voy a confesarles que nunca tuve tantas ganas de ser presidente igual a las que tengo ahora con 75 años”, aseguró el líder socialista este lunes en sus redes sociales.

El próximo 2022 los brasileños se reunirán nuevamente en las urnas y, a menos que Bolsonaro reivindique milagrosamente su imagen o surja un improbable candidato que cautive en el lapso de un año a la mayoría de la población, al frenético tren del PT y Lula da Silva no habrá quien lo pare.

LEG