La artista franco-estadounidense Joséphine Baker (1906-1975), figura eminente de la Resistencia antinazi francesa y de la lucha antirracista, entrará en el Panteón el 30 de noviembre, indicaron allegados al presidente Emmanuel Macron.
Baker, nacida en Misuri, Estados Unidos, y enterrada en Mónaco, será la sexta mujer y primera negra en reposar en la necrópolis laica francesa.
Le Parisien informó que el presidente le anunció a un grupo de personalidades que estaba de acuerdo en que Baker fuera trasladada al Panteón. “La ‘panteonización’ se construye a largo plazo”, subrayó.
“El 21 de julio, el presidente Macron nos recibió”, contó a la AFP la empresaria Jennifer Guesdon, una de las personalidades que defienden la entrada de Baker en el Panteón. “Cuando el presidente nos dijo que sí, fue una gran alegría y al mismo tiempo era como una evidencia”, agregó.
Entre los que defendieron su entrada en el Panteón figuran también el novelista Pascal Bruckner, el cantante Laurent Voulzy, el ensayista Laurent Kupferman y Brian Bouillon-Baker, uno de los hijos de la artista, de acuerdo a Le Parisien.
Procedente de un ambiente muy pobre, se había casado una primera vez a los 15 años, y escapó de su casa con una “troupe” de vodevil de afrodescendientes.
Laurent Kupferman lanzó em 2013 una solicitud al respecto para homenajear a la intérprete de la célebre canción J’ai deux amours.
“Artista, primera estrella internacional negra, musa de los cubistas, resistente durante la Segunda Guerra Mundial en el ejército francés, activista junto a Martin Luther King en la lucha por los derechos cívicos en Estados Unidos y en Francia (…) creemos que Joséphine Baker (1906-1975), tiene su lugar en el Panteón”, destaca el texto de la petición.
El escritor francés Régis Debray había lanzado una primera campaña que Kupferman luego reactivó, recuerda Guesdon. Una petición para “llevar a Josephine Baker al Panteón” cuenta con casi 38 mil firmas.
“Descubrimos los compromisos de Josephine Baker, quien sólo era conocida por algunos como una estrella internacional, una gran artista”, pero “irá al Panteón porque fue resistente”, según Guesdon.
“Solamente tenía una cosa en mi mente (…) ayudar a Francia”, había dicho en entrevistas de la época la mujer, que recibió condecoraciones como la Legión de Honor, la Cruz de Guerra y la Medalla de la Resistencia.
Esta estrella de revistas, ícono del cabaret, cantante fue además la artista mejor pagada del music-hall parisino.
Desde hace más de un siglo, el Panteón, un imponente edificio en el centro de París, ha sido la necrópolis laica de los “grandes hombres –y mujeres–” en Francia, cuya memoria la “patria” quiere homenajear.