Un jugador alcanzado por un proyectil, invasión al terreno de juego, una pelea, una detención preventiva y clubes que se culpan mutuamente: después del caos en el Niza-Marsella del domingo en la Ligue 1 francesa, las autoridades buscan depurar las responsabilidades de unos y otros antes de sancionar.
Cuando el Niza ganaba 1-0, el jugador marsellés Dimitri Payet devolvió a la grada una de los muchas botellas de plástico que le lanzaron cuando se disponía a sacar un córner.
Un cordón de seguridad trató de frenar a los aficionados, pero la situación se hizo caótica, con intercambios de golpes en diferentes sectores del terreno de juego, entre aficionados, jugadores de los dos equipos y miembros de seguridad.
Después de más de una hora y media de interrupción, el partido quedó definitivamente anulado por el árbitro, al constatar la ausencia de los futbolistas del Marsella, que no querían reanudar la contienda.
“Nos vimos en peligro, bastantes de nuestros jugadores estuvieron en el punto de mira”, explicó este lunes el capitán del cuadro visitante, Steve Mandanda, en un vídeo publicado por el OM. “No nos sentimos seguros”.
Varios jugadores, como Payet, el brasileño Luan Peres y Mattéo Guendouzi resultaron ligeramente heridos.
El Niza también indicó en un comunicado que sus jugadores Justin Kluivert y Jean-Clair Todibo fueron “agredidos” por “un miembro de la seguridad marsellesa”.
El Marsella se preguntaba este lunes por las medidas de seguridad, la falta de redes de protección y el equipamiento de los policías.
El Niza condenó los incidentes, afirmando que los “pseudoaficionados culpables merecen sanciones fuertes”.
Ambos clubes preparan sus argumentos contra su rival, antes de una batalla disciplinaria esperada los próximos días ante la Liga de Futbol Profesional (LFP) francesa.
AR