Lenguaje inclusivo de acuerdo a la ONU
Foto: Cuartoscuro La ONU tiene un manual Lenguaje inclusivo en cuanto al género y no dan cabida a la "e" como marca de género inclusivo  

En pleno debate sobre el lenguaje “inclusivo”, usuarios de redes sociales han arremetido contra la Real Academia Española (RAE) por no hacer valido el uso de la letra “e” como marca de género inclusivo por ser ajeno a la morfología del español, además de innecesario.

Lo cierto es que, hasta la fecha, instituciones como la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en manuales de Lenguaje inclusivo en cuanto al género, no dan cabida a la “e” como marca de género inclusivo.

En su texto “Orientaciones para el empleo de un lenguaje inclusivo en cuanto al género en español”, publicado en su página de Internet, la ONU es clara: “En los sustantivos y adjetivos existe únicamente el morfema de género masculino y el de género femenino. El género neutro se ha conservado en unas pocas palabras, como aquello, eso, esto, ello, alguien, algo y lo”.

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Para la ONU, es importante no confundir el género gramatical (categoría que se aplica a las palabras), el género como constructo sociocultural (roles, comportamientos, actividades y atributos que una sociedad determinada en una época determinada considera apropiados para los seres humanos de cada sexo) y el sexo biológico (rasgo biológico propio de los seres vivos).

En español hay distintos mecanismos para marcar el género gramatical y el sexo biológico: a) terminaciones (chica/-o), b) oposición de palabras (padre-madre) y c) el determinante con los sustantivos comunes en cuanto al género (el/la estudiante, este/esta representante).

“También hay palabras específicas (sustantivos epicenos) que tienen un solo género gramatical y designan a todas las personas independientemente del sexo biológico (la víctima, la persona)”, detalla.

Para la Naciones Unidas, el español para una comunicación inclusiva en cuanto al género si tiene retos y entre ellos está la confusión entre género gramatical, género sociocultural y sexo biológico, el nivel de conocimiento de los recursos que ofrece la propia lengua para hacer un uso inclusivo dentro de la norma y las asociaciones peyorativas que han heredado del sexismo social algunos equivalentes femeninos.

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“Al dirigirnos o referirnos a alguien, conviene utilizar las formas de tratamiento (título de cortesía), el pronombre personal y los adjetivos que concuerden con su género”, específica entre sus estrategias para evitar expresiones discriminatorias entre su personal y a la hora de atender a alguien.

Además, debemos ser coherentes al referirnos a hombres y mujeres: si mencionamos a los hombres por su nombre, apellido, tratamiento o profesión, por ejemplo, deberíamos hacer lo mismo con las mujeres.

Ejemplo de la ONU de lo que es ser menos inclusivo:

– El profesor Gómez (profesión y apellido para referirse a un hombre) y Alicia (nombre de pila para referirse a una mujer) vendrán al almuerzo.

Ejemplo “más inclusivo”:

– El profesor Gómez y la ingeniera Tucci vendrán al almuerzo (profesión y apellido en ambos casos).

La ONU recomienda, en el uso del lenguaje, visibilizar el género siendo explícito en torno a los grupos referenciados:

-Hombres y mujeres.
-Hombres, mujeres, personas transgénero, personas no conformes al género.
-Niños, niñas, adolescentes y jóvenes.

De la misma manera, usar pares de femenino y masculino (desdoblamiento) y estrategias tipográficas: o/a, o(a).

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